De la burbuja a la barra libre

DEPORTES

JAVIER BARBANCHO

23 nov 2020 . Actualizado a las 08:44 h.

41 positivos por covid-19 en el parón de selecciones de noviembre. El virus FIFA se ha convertido en el bacilo covid en el fútbol. Con semejantes números, el descontento de los clubes se ha disparado y quizás la decisión del Werder Bremen, que negó el permiso a sus internacionales, deje de ser un hecho aislado salvo que la vacuna llegue antes que el parón de marzo.

Porque lo del fútbol profesional es paradójico: tiene a sus jugadores en una burbuja, las ciudades deportivas son impenetrables y los viajes más privados que nunca. ¿Para qué? Para que luego se mezclen jugadores de diferentes países y equipos y sigan viajando por medio mundo y entrando en contacto con agentes fuera del mundo del fútbol. Del búnker a la barra libre. Aunque en realidad al virus le da igual, porque contagia en cualquiera de las circunstancias.

La diferencia es que siempre paga el mismo: el club. Porque con toda probabilidad Luis Suárez, Torreira o Salah estarán recuperados cuando el profesor Tabárez o Hossam El-Badry decidan reclamarlos para los próximos partidos internacionales, pero ahora son sus clubes los que se quedan sin sus aportaciones. Un ejemplo próximo y palmario sucedió con el céltico Aidoo en el receso de octubre. El ghanés dio positivo nada más llegar, se tiró tres semanas en casa y su selección volvió a convocarlo para la doble cita de noviembre antes de que jugase un solo minuto con su club.

Con tantas ligas y competiciones en marcha y con una Eurocopa a la vuelta de la esquina, no estaría de más dejar las ventanas de selecciones para cuando la normalidad vuelva al mundo. Y, si no es así, quizás el método Werder Bremen sea el ejemplo a seguir. Por cierto, le empató al Bayern en Múnich.