Nadal se viste de especialista en pista cubierta, somete a Tsitsipas y avanza en el torneo de maestros

DEPORTES

TOBY MELVILLE

El español jugará ante Medvedev su séptima semifinal de las ATP Finals, uno de los pocos títulos que le faltan, tras una exhibición de ataque

20 nov 2020 . Actualizado a las 19:26 h.

Hay un detalle en el cuarto juego que ilustra la valentía con la que Rafa Nadal encaró el partido con Stefanos Tsitsipas, un duelo sin retorno para acceder a las semifinales del torneo de maestros que se celebra en el O2 Arena de Londres. Recién perdido el tercer juego (1-2) por culpa de un mal remate que estampó en la red, inicia el cuarto con un ritmo alto, tan tenso que el griego se defiende con un globo largo cuando el español corría ya hacia la red. Y empujado hacia el fondo de la pista, el mallorquín, en lugar de dudar o adoptar una estrategia conservadora, repite remate desde una posición más complicada que la anterior. Gana el punto y, sobre todo, su decisión explica la mentalidad con la que saltó a la pista contra el defensor del título en Londres. Dos horas más tarde, el español gana por 6-4, 4-6 y 6-2 y se enfrentará mañana en las semifinales de las Finales ATP con Medvedev.

Nadal está fino. Por eso recién perdido su partido con del martes con Dominic Thiem lanzó un discurso tan nítido. No tenía nada que reprocharse, y se veía más cerca del título de lo que podía sentirse dos días antes. El partido se le había escapado por detalles, pero su tenis le acercaba al único gran título que le falta. Había perdido, claro, pero ante un rival de primerísimo orden que confesó haber plasmado el mejor partido de su vida. Ese estado de forma lleva a Nadal a las semifinales del torneo de maestros por sexta vez en su carrera.

El partido se discute con argumentos muy similares a ambos lados de la pista. ¿Quién manda aquí? No hay más que tenis de ataque y acierto tras acierto. Por eso las estadísticas son tan soberbias a ambos lados de la red. Los ganadores despejan el partido de errores no forzados. Apenas hay errores. Solo dos tenistas en estado de gracia.

Nadal, que se cobra casi todos los juegos de servicio en blanco —otra vez el falso especialista—, logra un break con 4-4 en el primer set. Tsitipas se cobra el suyo con 5-4 en el segundo. El tercero se desordena nada más comenzar en una espiral de fallos que frena el rey del autocontrol. Después de tres roturas de servicio seguidas, el español decide que es suficiente. Abre brecha por 3-1 y ya no cede más el mando. Encuentra un equilibrio entre las prisas, la agresividad y la necesidad de frenar un combate demasiado apresurado que no le convenía. Termina con un balance de 32 golpes ganadores y 13 errores no forzados. Ya está a dos victorias de uno de los pocos títulos que le faltan. Y quizá es el año más propicio para ganarlo.