Philipsen gana una etapa de las que hacen afición en la despedida de Galicia de la Vuelta

La Voz

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Kiko Huesca | EFE

El viento, el frío y la lluvia pusieron un broche de oro a un recorrido de 230 kilómetros

05 nov 2020 . Actualizado a las 17:44 h.

Jasper Philipsen, el sprinter belga del Emirates, logró en Puebla de Sanabria su primera victoria de etapa en una gran vuelta y también la primera para su equipo en esta edición de la Vuelta a España. Porque aunque los pronósticos apuntaban a que el triunfo estaría enuna escapada, la gloria se decidió al esprint. Los 230 kilómetros de etapa, con cinco puertos de tercera categoría, fueron durísimos para los ciclistas y depararon más emoción que algún otro recorrido de la carrera con ascensos de renombre. El plan del día parecía claro, terreno favorable para una fuga, pero el fuerte viento y la aparición irónica de la lluvia nada más salir de Galicia condicionaron la carrera.

Lo que se planteó entre Mos y Puebla de Sanabria fue una persecución constante entre una escapada —que de nuevo volvió a contar con nombres de primer nivel— y el pelotón, que volvió a rodar rapidísimo rebajando significativamente la hora prevista de llegada de los ciclistas a Zamora. El jersey de montaña —ganador ya matemático de la prenda a topos— Guillaume Martin (Cofidis), Matteo Cattaneo (Deceuninck), Nick Schultz y Robert Stannard (Mitchelton), Julien Simon (Direct Energie), José Joaquín Rojas (Movistar), Tim Wellens (Lotto), Rui Costa (Emirates), Jonathan Lastra (Caja Rural), Mark Donovan y Rob Power del Sunweb y el campeón de España del Astana Luis león Sánchez junto a su compañero Álex Aranburu formaron la escapada. La cabeza de carrera llegó a disponer de casi 6 minutos, pero el fuerte viento que azotó el sur de la provincia de Ourense perjudicó este jueves a los fugados y benefició a un pelotón que no daba descanso.

Equipos como NTT o Trek eran los que se dedican a amargar la vida a aquellos corredores que buscaban una jornada tranquila desde el pelotón imprimiendo velocidad y desgaste al resto. El esfuerzo de los ciclistas, reflejado en su pedaleo angustioso, pesaba hasta al espectador. Porque además del viento, hacía frío. 

La fuga se rinde al mal tiempo

A 35 kilómetros de meta y con una renta inferior a un minuto con respecto al pelotón, los corredores ya empezaban a mirar hacia atrás. Luis León Sánchez, uno de los que andaba pendiente del retrovisor, fue el primero en intentar darle un nuevo pulo a la escapada en el momento en el que se pisó suelo castellano. Stannard o Lastra, por el lado contrario, fueron los primeros en rendirse en una fuga a la que ya se la veía condenada a muerte.

Cattaneo rozó la gloria

Cattaneo se revolvió contra su propio destino y empezó a tirar en un repecho de mal asfalto antes del Padornelo. Hizo hueco con respecto a sus compañeros de fuga, que ya le veían la boca al lobo. Casi dos minutos llegó a abrir con respecto al pelotón, desde el que saltó el suizo Gino Mäder (NTT) para tratar de dar caza al de Deceuninck. Ni uno ni otro calcularon bien. Porque cuando la carretera se empezó a empinar hacia abajo, el pelotón se tragó a todo lo que se encontró por delante. La carrera se decidió al esprint, donde pudo más que nadie Jasper Philipsen. El belga logró la primera victoria de la Vuelta para el Emirates, su primer gran triunfo personal y no pudo aguantar la emoción, reventado en la línea de meta, tras proclamarse vencedor en una etapa infernal de las que hacen afición.