Lo fue en el estreno, y desde el carril llegó la mejor ocasión. Aquel centro medido de Keko que Beuvue no mandó a guardar. Nadie entre los primeros once entendió mejor que el extremo lo que exigía la ocasión. Abrió el campo e invitó a acompañarle a su lateral. Bóveda le negó el auxilio y eligió guardar con celo el tramo de su orilla más próximo a Carlos Abad. Lo mismo hizo en la opuesta Salva Ruiz. El zurdo apareció apenas dos veces en el frente de ataque. Suficientes para demostrar que debería haber subido más.
Centró fenomenalmente, tanto en el 1-0 como en la oportunidad que más tarde malogró Nacho González. En definitiva, cada ocasión en que aprovechó el espacio que insistió en brindarle Lara con sus infructuosas incursiones hacia la frontal.