La federación presentará «en los próximos días» un protocolo alternativo al uso de las mascarillas, que pasaría por la realización de test de detección covid-19 cada quince días
09 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.La Real Federación Gallega de Fútbol mueve ficha. Tras la publicación en el DOG por parte de la Xunta de la obligatoriedad de usar mascarilla para la práctica deportiva de competición autonómica, la RFGF presentará «en los próximos días» un protocolo alternativo para intentar salvar sus ligas sénior. En concreto, pretende eliminar el uso de la protección y, a cambio, ofrecer a las autoridades la realización de test de detección de covid-19 cada quince días. La institución presidida por Rafael Louzán, que asumiría una parte del gasto, espera poder tener una respuesta definitiva la próxima semana y, con ello, iniciar su actividad competicional a finales de noviembre.
Una vez garantizada la vuelta del fútbol profesional y las ligas nacionales, el siguiente grupo que intentará volver será el de las competiciones gallegas sénior (Preferente, Primera, Segunda y Tercera Galicia). Ya es seguro que su inicio se pospondrá un mes más de lo previsto. Nunca sería antes del 28 de noviembre y solo si los clubes también están convencidos de querer volver. De hecho, la RFGF ya se reunió con los clubes de Preferente y estos apoyaron con un 60?% de votos la idea de regresar ese fin de semana. Ahora tendrán que pronunciarse los clubes del resto de categorías en futuras reuniones, ya que no todos están por la labor de querer jugar ya.
Si al final se puede volver el día 28 de noviembre, la RFGF cambiará en algunas ligas el sistema de competición planteado en un principio. En Preferente habrá seis subgrupos y no cuatro, para reducir el número de partidos.
Más problemas con los niños
Toda esa planificación depende ahora del sí de la Xunta al protocolo. En caso negativo, la RFGF se vería obligada a aplazar sus ligas todavía más, quizás hasta al primer trimestre del próximo año, cuando cambie el escenario con la vacuna.
Una situación a la que parece ya condenado el fútbol base, toda vez que en la RFGF hay dudas sobre si se pueda llevar a cabo su protocolo con la realización de test a menores de edad.