Rafa Nadal eleva el nivel en París ante Sinner

D. A. Barro

DEPORTES

GONZALO FUENTES

Somete al italiano, el primer rival que exigió su mejor repertorio, y se medirá en semifinales de Roland Garros con Schwartzman, que ganó a Thiem

07 oct 2020 . Actualizado a las 07:31 h.

Respeto para Jannik Sinner, un fenómeno de 19 años que abandona Roland Garros convertido en un tenista de verdad. El jugador italiano, con unos brazos larguísimos para utilizar su raqueta como si fuese un látigo, exigió lo mejor de Rafa Nadal en el un partido concluido cuando la noche ya era cerrada en París, a la una y media de la madrugada. El nuevo tenis que permite la cubierta retráctil de la pista Philippe Chatrier, ahora ya iluminada para evitar retrasos como el que ayer habría provocado un orden de juego pensado con los pies y que incluyó cinco encuentros en un programa que arrancaba a las 11. La victoria por 7-6 (3), 6-4 y 6-1 hace justicia al notable torneo de Sinner, que había eliminado a Alexander Zverev en octavos, y permite a Nadal avanzar a semifinales con la confianza de un partido trabajado, sufrido, muy bien jugado por su parte. El viernes se enfrentará en la penúltima ronda con el ganador del encuentro entre Diego Schwartzman —su verdugo en Roma—, que derrotó en un partido vibrante a Dominic Thiem.

Nadal tenía un plan. Y, cuando Nadal tiene un plan, lo repite. Y lo repite. Y lo repite. Jugó una y otra vez sobre el revés de Sinner, el golpe que eligió para ir minándole. Fue una guerra de desgsate, como acostumbra a hacer Nadal, todavía más en tierra, y que le permitió ir madurando el partido a su gusto.

Sinner juega con la frescura del novato y la solidez del veterano. Aguanta el ritmo salvaje de Nadal, el bombardeo de golpes a diferentes alturas. Porque el italiano tiene algo, que le permitió convertirse en el jugador más joven en plantarse en cuartos de un grand slam desde que lo hizo Nadal en el 2006.

Sinner fabrica su primera bola de break en el quinto juego, pero no rompió el servicio de Nadal hasta el 5-5. Con 6-5 a su favor, el italiano llegó a servir con 40 iguales, se vio entonces a dos puntos de ganar un set, algo que nadie había arrebatado este año al español, en su consistente camino hacia el vigésimo título de un grand slam, el récord de Federer. Pero Nadal esprintó con nueve de los 12 últimos puntos hasta empatar a 6 primero y cerrar el tie-break después.

Desatado en el cierre

Consumido el primer set, Sinner pidió asistencia médica antes de fabricar su momento. Aupado en una derecha demoledora y un revés potente y profundo, golpes que le dibujan un buen futuro más allá de la tierra batida, llegó a mandar por 3-1. El aviso espabiló al mejor Nadal, que empezó a repartir, correr y celebrar golpes ganadores. Se apuntó 11 de los 13 juegos siguientes. Cerró el segundo set por 6-4 y voló en el tercero, cuando su rival por fin había levantado la bandera blanca.

Nadal tendrá ahora dos días de descanso para llegar fresco —más todavía, después de que los cuatro partidos anteriores no pasasen de simples entrenamientos— al cruce de semifinales. Ahora sí, llega con un rodaje de verdad a los partidos importantes. Ya tiene el decimotercer título de Roland Garros a solo dos victorias.