El club madrileño asegura además que «desde esa misma secretaría general que usurpaba funciones disciplinarias, se remitían cartas a LaLiga en coincidencia exacta con los avances del expediente disciplinario que ellos mismo gestionaban bajo cuerda, insinuando que de no tomar LaLiga ciertas medidas a su conveniencia, irían a por el descenso administrativo del CF Fuenlabrada SAD».
El club madrileño tacha de «totalmente coactivas, amenazantes, impropias de una institución como la RFEF» dichas comunicaciones y que, por eso, son «prueba de que el proceso disciplinario no contaba con las mínimas garantías de objetividad e independencia». Se mantiene además en afirma que se «fabricaron pruebas falsas» contra ellos además de los «múltiples abusos procesales» a lo largo del proceso.