El italiano se convierte en el quinto ganador distinto en seis carreras de motoGP, en un día en el que Quartararo, que llegaba como líder a Misano, terminó en el suelo
13 sep 2020 . Actualizado a las 19:33 h.«Al inicio ha sido fácil, porque tenía la presión de Vale detrás, veía las banderas amarillas moviéndose mucho, y sabía que él estaba detrás de mí, empujando. Y luego he visto que he cogido una pequeña ventaja, que luego ha aumentado. Y en las últimas diez vueltas he tenido mucho tiempo de pensar en muchas cosas, he pensado en mi carrera deportiva, que ha sido tan corta y tan rápida, porque solo hace siete años estaba corriendo aquí en este circuito pero en el campeonato italiano de Superstock». Así resumía Morbidelli un intensísimo domingo en el plano emocional, el de su primera victoria en motoGP, el triunfo de otro de los pupilos de Valentino Rossi.
Quizás el que ha tenido la trayectoria más peculiar de todos a los que el astro italiano ayuda a través de su VR46 Academy. Un Rossi que a punto estuvo de firmar su podio número 200, un cajón que habría tenido un sentido muy especial, en casa, al lado de su residencia de Tavullia, y compartido con dos de sus pupilos, Morbidelli y Pecco Bagnaia, este último segundo tras una fantástica carrera. «Es casi la tercera vez que voy en moto este año porque primero paramos cinco meses y después otras cinco semanas por la lesión, y solo he hecho dos carreras, y por eso no esperaba llegar aquí y ser tan rápido», reconocía Bagnaia, que se fracturó el fémur el viernes del Gran Premio de la República Checa. «Creo que hemos hecho algo increíble porque Ducati estaba sufriendo mucho y llegar segundos es un resultado muy importante», explicaba el italiano, que pelea en estos momentos con Johann Zarco el puesto que queda libre para el 2021 en el box oficial de la marca boloñesa, algo para lo que ha ganado muchos enteros tras su remontada en Misano.
Y es que la prueba empezó con la salida fulgurante de Morbidelli, replicada por Rossi, mientras que las otras dos Yamaha, las de Viñales y Quartararo, quedaban cortadas detrás de Miller, tercero en la primera parte de carrera, algo que anticipó que ese dominio incontestable de las M1 en los entrenamientos (sus cuatro pilotos en las cuatro primeras posiciones de la parrilla) estaba en peligro de no refrendarse en carrera. A Viñales no se le veía cómodo; al líder de la general en el inicio del día, Quartararo, tampoco, lo que quedó claro con su caída en la vuelta 8. Un incidente que ponía patas arriba la categoría, manteniendo así el relato de este loco 2020 marcado por la ausencia del campeón Marc Márquez. Tan loco como que el líder provisional de la general justo en el momento del adiós a la carrera por parte de Quartararo, Andrea Dovizioso, se movía en un discreto octavo puesto y sin aparentar tener opciones de aspirar a algo mejor.
Mir frustra a Rossi
Ese momento de carrera casi coincidió con el del surgimiento de Bagnaia, que comenzó una tremenda remontada que le permitió ir pasando a todos sus rivales, excepto al intratable Morbidelli. Un juego, el del podio, al que también empezaron a jugar las dos Suzuki, a la vez que Jack Miller se iba desinflando. Primero Alex Rins, aunque a partir de mitad de carrera, y justo cuando amenazaba el segundo puesto de Rossi, empezó a sentir molestias en su brazo, una secuela del accidente de principio de temporada que le impidió correr en la primera prueba de Jerez. El momento del bajón de Rins coincidió con el del empuje de Joan Mir, en su caso suficiente como para alcanzar el tercer puesto (y rozar el segundo, del que se quedó a 73 milésimas) tras quitarle a Rossi con un fantástico adelantamiento el sueño del podio en casa. «Me daba igual si era Valentino u otro, pero ha sido una experiencia inolvidable», reconocía el mallorquín, que sigue llamando a las puertas de la victoria y que ha pasado a ser el mejor español en la general de la clase reina, cuarto a dieciséis puntos del líder, Dovizioso, a diez del segundo, Quartararo, y a cuatro del tercero, Miller, en la clasificación más apretada y exigua en puntos que se recuerda. «Me sabe a mucho el podio. Ojalá pueda estar ahí todo el año y no ganar una carrera, pero estoy muy bien aquí y si estás luchando por el podio seguro que vendrá una victoria. Lo importante es seguir en este nivel», agregaba Mir. Un nivel que tendrá el próximo examen en una semana, en el mismo escenario, con pilotos y equipos con la lección bien aprendida tras lo vivido en estos tres días. Aunque en este motoGP eso no garantiza nada.