El rubio espigado volvió a aplicar la misma receta en el cuarto envite. Buenas derechas y mayor confianza con su servicio. A Carreño se le agotó el revés y comenzó a mostrar dudas en cada punto. Un contrabreak animó al asturiano, pero el 6-4 llevó el partido al quinto y definitivo set. La estadística decía que el de Hamburgo nunca había remontado cuando comenzaba perdiendo dos abajo.
Y la esta madrugada lo hizo, seguramente con su mejor tenis de todo el encuentro pese a la fatiga acumulada. La misma que hizo entrar al fisio a la pista para atender a Carreño antes de la batalla final. En el mismo momento que en los cuartos de final, pero esta vez el resultado fue distinto. Zverev apretó el acelerador hasta el fondo e hizo añicos el sueño de un valiente Carreño.