Los penaltis para ganar una liga

Toni Ardá

DEPORTES

Juan Herrero

16 jul 2020 . Actualizado a las 23:34 h.

e perdido el hábito de ver el fútbol, solo pongo interés, aunque luego me lo quitan, en los partidos del Dépor. Después de que nos hayan robado la primavera, incluido el gris mes de junio que yo ya considero verano, me dedico a navegar aprovechando que el anticiclón de las Azores está en su sitio natural por estas fechas y me manda un potente Nordeste que me obliga a ceñir hasta Ares y volver en popa a Sada. Madrugo para aprovechar el tiempo perdido y gracias al telediario de ayer por la mañana, y a las declaraciones del alcalde de Madrid, solicitando que nadie se acerque a Cibeles, he caído en la cuenta de que la Liga se acaba. Después de que en la temporada pasada el Madrid consumiera tres entrenadores y se quedase a 19 puntos de su eterno rival, la actual suponía un examen para los blancos, y fundamentalmente para Zidane, del que nadie entendió su marcha después de ganar su tercera Champions consecutiva y menos su regreso a mitad del curso pasado.

La actual discurría con normalidad, en la jornada 18 antes del parón de Navidad, Madrid y Barcelona empataban a 36 puntos, aunque ambos se habían dejado 18 por el camino, demasiados para los dos grandes dominadores, de hecho seis equipos habían sumado más de 30 puntos.

En la jornada 26 el Madrid da un golpe de efecto al ganarle al Barcelona en su estadio (0-2) pero unos días después, justo antes del confinamiento, pierde contra el Betis mientras el Barcelona gana contra la Real (1-0). Todos nos encerramos con el Barça líder, con dos puntos de ventaja, y sin saber si habría campeón.

En estos últimos partidos parece que el Madrid ha hecho todo bien, y el Barcelona, enredado en mil líos, ha sido un desastre. Aunque su entrenador dice que no lo ha hecho tan mal, poca credencial para un club que persigue la excelencia, pero razón no le falta.

Realizando un breve análisis estadístico desde la reanudación de la Liga a principios del mes de junio, y hasta antes de los partidos de ayer, podemos observar cómo las diferencias en parámetros clave en el rendimiento no han sido demasiado grandes entre el Real Madrid y el FC Barcelona. De manera general, ambos equipos han sido dominadores del balón durante el desarrollo de sus encuentros, si bien los de Setién han promediado ocho puntos porcentuales más en el tiempo total de posesión, acaparando el 69% del tiempo efectivo de juego con el balón en su poder. En términos de acercamientos y ocasiones de gol, las cifras nos hablan de la igualdad entre ambos; los blancos han efectuado 12,2 tiros y 6,4 tiros a puerta por partido, frente a los 12,9 y 6,1 logrados por los blaugranas. Esta igualdad también puede comprobarse en la faceta defensiva: los de Zidane han recibido 9,1 tiros y 3,3 tiros a puerta por partido frente a los 8,8 y 3,1 recibidos por el Barcelona.

Ambos equipos han sido capaces de anotar el mismo número de goles, 17, si bien los blancos han conseguido encajar menos, 3 frente a 5 de los catalanes.

En lo relativo a la tipología del gol resulta significativo el número de goles obtenidos por el Real Madrid desde el punto de penalti, 5 frente a 2 del Barça (incluido el de ayer en Valdebebas). Más si cabe, cuando cuatro de esos penaltis sirvieron a los blancos para ganar sus partidos, cuando no encontraban otras soluciones. El Madrid ha conseguido 6 puntos vitales para la consecución del campeonato desde los 11 metros, y alguno gracias a la subjetiva revisión del VAR, y eso es lo que ha marcado la diferencia para que hoy el Madrid pueda celebrar otra Liga que pasará a la historia por motivos evidentes, pero no por cómo la hemos vivido.