Bottas da el primer golpe en un arranque memorable del Mundial en Austria

David Sánchez de Castro

DEPORTES

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Sainz fue quinto y el finlandés se impuso a Leclerc y a Norris, que logró su primer podio tras una sanción a Hamilton

05 jul 2020 . Actualizado a las 19:20 h.

Hubo que esperar más de 200 días desde la última carrera de fórmula 1, pero el reinicio no defraudó, ni mucho menos. Valtteri Bottas fue el primer ganador de este extraño Mundial, que ya desde su debut ha dejado claro que va a ser una temporada inolvidable. Solo ver quién acompaño al finlandés en el podio, que también cambió su formato, da buena muestra de lo movida que fue la carrera del GP de Austria. Charles Leclerc, que salía séptimo y con un Ferrari que decepciona, y Lando Norris, que se bañó por primera vez en champán desde que está en la fórmula 1, completaron el primer trío ganador de la campaña 2020.

Ya desde antes de la carrera hubo cambios notables. A Hamilton le revisaron la sanción de la que se libró el sábado y salió quinto, y no segundo como había acabado la clasificación. Tras una protesta a medias con el racismo, en la que se arrodillaron 14 de los 20 pilotos (Leclerc, Verstappen, Kvyat, Räikkönen, Giovinazzi y Sainz se quedaron de pie) durante el himno, arrancó una carrera que no tuvo su primer incidente hasta bien entrado el gran premio. Max Verstappen, ganador de las dos últimas carreras en Spielberg, abandonó por un fallo eléctrico en su coche.

A partir de ahí, Bottas comenzó a volar en pista mientras sus rivales le intentaban seguir. Empezando por Lewis Hamilton, a quien le tuvieron que advertir que no forzase conforme iban abandonando coches motorizados por Mercedes. Una manera muy elegante de insinuar órdenes de equipo para evitar que se les escapase un doblete que tenían más o menos en la mano.

El fin de semana no estaba para el británico. Tras el último de los coches de seguridad que hubo en carrera (tres), provocado por un serio susto de Kimi Räikkönen, que vio cómo su neumático delantero derecho salía por los aires, Alex Albon, que había estado siguiendo a los Mercedes para salvar los muebles de su equipo, se vio con opciones de podio. En ese momento, como un déjà vu, se reeditó lo ocurrido en Brasil 2019: de nuevo Hamilton se topó en el camino del anglo-tailandés, que se vio fuera de carrera tras tocarse con el hexacampeón al intentar adelantarle.

Los comisarios vieron enseguida que era culpa del piloto de Mercedes, a quien castigaron con cinco segundos. Ese tiempo fue todo un acicate para quienes venían detrás, entre los que estaban Charles Leclerc y Lando Norris. El monegasco sabía que con no ceder mucho con Hamilton, a quien tenía a apenas dos segundos, le iba a valer. Más tuvo que luchar el de McLaren, que cuando le avisaron del castigo al campeón tenía más de seis segundos de desventaja que no habrían sido suficientes si no hubiera echado el resto. Tanto fue así que se vio obligado a hacer la vuelta rápida de carrera para neutralizar la diferencia con el de Mercedes, y pese a ello solo hubo apenas una décima de margen. Su primer podio en la fórmula 1, como le ocurrió a Sainz en Brasil, también fue muy sufrido.

Sainz, toque con Vettel

La resolución de la prueba podría haber acabado con el otro McLaren en el podio. Carlos Sainz tuvo una carrera muy completa, en la que no le tembló el pulso para perseguir al que será su próximo compañero, Charles Leclerc, y defender con uñas y dientes la posición frente al que va a sustituir, Sebastian Vettel. El alemán trató de pasar al español en la curva 1, pero lo único que logró fue un toque que le hizo trompear. El tetracampeón, desesperado, pasó de luchar por el sexto puesto en ese momento a tener que remontar desde el fondo para acabar décimo, y gracias.

Pero ahí no estuvo la clave. El propio Sainz admitía tras la carrera que la lucha que tuvo con Norris, limpia pero al límite, le privó de haber ganado una ventaja que habría sido sustancial no solo porque iba en ese momento con más ritmo que su compañero, sino porque posteriormente en las paradas en boxes habría parado antes. Pese a todo, estaba satisfecho con un quinto puesto que le sabe a mucho más porque pudo luchar con rivales que hace no tanto eran inalcanzables.

No habrá tiempo para analizar demasiado, ya que este mismo circuito repite como sede del circuito de gran premio. Lo único que cambiará será el nombre, de Austria a Estiria, y por el bien del espectáculo, todos esperan que solo sea eso lo que se modifique.