Lois Balado
Hay mucho donde elegir, pero de entre el gran escaparate de desgracias del Deportivo, el premio gordo es haber perdido a Somma por lesión. Un central solvente y previsible, con un rendimiento lineal. No era Cannavaro, pero con él sabías lo que había y lo que no.
El resto se fueron ganando sospechas jornada a jornada. Empezando por Lampropoulos que ahora, al parecer, es integrante de una defensa inexpugnable en Alemania. ADN blanquiazul también son este tipo de gafes. Mejor ni mirar los goles que llevará Longo.
Somma engrasaba una defensa que necesita mucho aceite para no chirriar. Porque si un día no es Bóveda el que te mata de un disgusto, es Montero. Y si un día la gente se pregunta qué le vio el Athletic a Peru, al siguiente no sabe qué le vio el Valencia a Salva Ruiz. Ha sido un año tan pésimo a nivel defensivo que ha tenido que ser Mujaid, un chico del Fabril, el que ha acumulado los elogios. El deportivismo reza para que a final de curso no haya que mirar el golaveraje general.