«Doncic ya era un jugón con 14 años, hacía lo mismo que ahora en la NBA»

DEPORTES

Kevin Jairaj

Jugadores gallegos en el Nacional cadete del 2014 recuerdan con asombro su enfrentamiento ante la estrella eslovena

21 may 2020 . Actualizado a las 04:00 h.

Pablo Ferreiro, Samu Barrios y Álvaro Couselo eran tres de los pilares de la selección gallega cadete de baloncesto que en enero del 2014 se desplazó a Cáceres en busca de una hazaña en el Campeonato de España. El resultado no fue el esperado. Galicia acabó lejos del podio, fue séptima, pero en la memoria de estos tres jugadores y del resto de la expedición aquel torneo permanece imborrable. Lo recordarán «toda la vida», aseguran. ¿El motivo? Tuvieron el «placer» de cruzarse en la cancha con un jugador que solo seis años después ya es una estrella en la constelación de la NBA y puede convertirse en el mejor jugador europeo de la historia: Luka Doncic. «Para mí ya lo es», indica Pablo Ferreiro, que entonces era una de las joyas del Estudiantes de Lugo y ahora compite con el Leyma Coruña en la LEB Oro.

Con 14 años, el base esloveno fue la sensación del campeonato. Empujó a Madrid hasta el oro y volvió a casa cargado de galardones individuales: MVP de la final, MVP del torneo, máximo anotador y mejor asistente. «Cuando se lo cuento a mis amigos les digo que ya entonces era un jugón, que hacía lo mismo que ahora en la NBA», explica emocionado Álvaro Couselo, quien, «saturado», dejó el baloncesto después de debutar con el Estudiantes en la Liga EBA y ahora estudia el grado de Económicas en Santiago. «Nos había llegado el comentario de que la selección de Madrid tenía un chaval que era un superclase, y cuando nos enfrentamos a él pudimos comprobarlo», añade Samu Barrios, entonces promesa del Narón y que acaba de desvincularse del Benicarló (LEB Plata).

Como cabía esperar, el combinado madrileño fue uno de los verdugos en la primera fase del equipo gallego, patroneado por César Conde. «Fue la primera y única vez que el entrenador nos dijo: “Salid a disfrutar”», apunta Couselo. La victoria de Madrid fue aplastante y los números de Doncic frustraron la ilusión de la chavalada irmandiña. «Creíamos que no había hecho nada, que no había lucido como lo hacía habitualmente y nos fuimos al vestuario contentos porque habíamos conseguido frenarle, pero cuando vimos las estadísticas... ¡un triple doble!», recuerda Ferreiro, que presume de haberle hecho «un roto» que desató las aclamaciones de su banquillo y de la grada. «Ya veías que era un jugador distinto, con un talento innato», añade el actual jugador del Coruña. «Posteaba, asistía, anotaba, corría los contragolpes... Y eso que ya medía casi dos metros. Jugaba de base y era más alto que nuestros pívots», rememora Samu Barrios.

De aquel «inolvidable» enfrentamiento, Couselo tiene grabada una acción junto a la estrella de los Dallas Mavericks, que solo un año después se convertiría en el jugador más joven en debutar con el Real Madrid en la ACB. «Le robé el balón y encaré la canasta cagado porque venía detrás de mí y sabía que podía caerme un tapón, pero estuve rápido y anoté», relata entre risas.

Al margen de su talento, los tres jugadores gallegos también recuerdan a Doncic por su humildad. «Aunque se sentía superior, no pecaba de soberbio», coinciden. «Esa modestia que ya tenía entonces también le ayudó a llegar a lo más alto», afirma Samu Barrios, que sentencia: «El primer día en Cáceres coincidimos en el desayuno con las misma zapatillas, me miró, le miré y los dos sonreímos. Era humilde».