La prohibición de la pesca fluvial y marítima desata un enfrentamiento entre la Xunta y el Gobierno

La Voz REDACCIÓN

DEPORTES

Un pescador aficionado, ayer en el entorno de la Torre de Hércules de A Coruña
Un pescador aficionado, ayer en el entorno de la Torre de Hércules de A Coruña Marcos Míguez

Medio Rural y Mar trasladan su rechazo a que se prive a los gallegos de practicar este deporte individual

10 may 2020 . Actualizado a las 13:13 h.

Los practicantes de la pesca fluvial y marítima se cifran en Galicia en unos 100.000. Un colectivo que tendrá que volver a esperar para practicar su deporte. Según el texto publicado este sábado en el Boletín Oficial del Estado (BOE), dicha actividad volverá a estar prohibida.

El pasado 2 de mayo, la Consellería de Medio Ambiente trasladó a las sociedades de pesca que «teniendo en cuenta el contenido de la Orden SND/388/2020, de 3 de mayo, por la que se regula la práctica del deporte profesional y federado, la pesca fluvial estaría dentro de las actividades permitidas». Pero ahora, con el cambio de Galicia a la fase 1 del desconfinamiento y según la orden ministerial publicada, volvería a estar prohibida.

Con la nueva negativa, las titulares de las Consellerías de Medio Ambiente y de Pesca, Ángeles Vázquez y Rosa Quintana, le han remitido una carta al Ministerio de Sanidad en la que muestran su disconformidad puesto que, desde la aprobación de la actividad en Galicia «el Ministerio no se ha puesto en contacto con ambas consellerías para señalar su disconformidad al respecto ni tampoco se ha pronunciado la Delegación del Gobierno». En la misiva, recuerdan que, a pesar de que el martes día 5 se celebró reunión del Comité de Coordinación Operativa (Cecop), y en él se aceptó el acuerdo explícito de levantar la suspensión existente sobre la pesca fluvial y marítima, que fue publicado en el Diario Oficial de Galicia del día 6 de mayo». Pero el BOE vuelve a prohibir la pesca deportiva a partir del lunes 11 de mayo.

Ante esta medida, y dado que las normas referentes a la fase 1 de la desescalada no entran en vigor hasta mañana, la Xunta asegura que los agentes medioambientales no sancionarán a nadie hasta entonces.

Desde Medio Ambiente y Mar apuntan que «no existe ni un solo argumento sanitario o de seguridad que establezca que se tenga que prohibir este deporte frente al resto de disciplinas que sí permite practicar el Ministerio de Sanidad». Además, «ante este agravio totalmente injustificado», tilda al Gobierno central de tener una actitud «arbitraria, discrecional y discriminatoria frente al conjunto de los otros deportistas» y de privar a más de 100.000 gallegos de poder ejercitar una actividad. Por último, solicita al ministro de Sanidad, Salvador Illa, «el sustento argumental o normativo sobre el que el Gobierno basa esta prohibición», «así como aquellos aspectos perniciosos que este ve en esta actividad para adoptar tal decisión en sentido divergente al del resto de deportes».

Quintana y Vázquez también trasladan a Illa su decepción con las formas del Gobierno pues, dicen, la Xunta se ha movido «dentro de la más leal colaboración y coordinación institucional».

Ante preguntas de esta redacción sobre la polémica, el Ministerio de Sanidad evitó hacer ningún comentario y se remitió al contenido del BOE.

La satisfacción inicial

Son alrededor de 40.000 ya solo las licencias gallegas de pesca fluvial, un colectivo que estaba preparado y dispuesto a abrir la temporada 2020 el pasado 15 de marzo. Un día antes llegó el decreto del estado de alarma. Y, de inmediato, la Xunta desactivó la apertura de la veda. Esa espera terminó a principios de semana, con las limitaciones de la desescalada. Fuentes de la Consellería de Medio Ambiente trasladaron el lunes a las sociedades de pesca que «teniendo en cuenta el contenido de la Orden SND/388/2020, de 3 de mayo, por la que se regula la práctica del deporte profesional y federado, la pesca fluvial estaría dentro de las actividades permitidas».

Los pescadores recibieron esa interpretación con agrado, la decisión se reflejó en el DOG y se levantó la veda. Así pues, los 40.000 pescadores gallegos federados y los que tengan licencia en vigor pero sin estar adscritos a la federación pudieron acudir desde entonces a los ríos, si bien con las limitaciones de movilidad que están vigentes para cualquier otra actividad deportiva al aire libre. Y siempre manteniendo la distancia de seguridad de dos metros.

Entre los colectivos de pescadores, la sensación generalizada fue que los ríos habían ofrecido buenas capturas. La primavera fue pródiga en lluvias, los cauces acunaron caudales generosos y las truchas y otras especies que no se pudieron coger en el último mes y medio terminaron en las cañas. El principal problema, a juicio de algunos pescadores, fueron las dudas que se plantearon sobre las normas de movilidad para poder practicar en una zona diferente al municipio de residencia, la ubicación de los cotos y permisos lejos de los concellos de cada afectado y el miedo a sanciones.

Cuenta atrás

Desde que el lunes pasado la Xunta dio luz verde a la pesca marítima de recreo en todas sus modalidades, Flor vivía contando los días que faltaban para el fin de semana. Mientras, desempolvaba la caña que colgó cuando el estado de alarma le privó de su afición favorita. Por eso no sabe si le chafó más la lluvia o la letra del BOE, donde el Gobierno dejó escrita la exclusión de la caza y la pesca deportiva de la fase 1 de la desescalada. Como se ha mencionado, en esta etapa se permite la práctica no profesional de deportes individuales que no requieran contacto con terceros, salvo «la pesca y la caza deportiva».

El Ejecutivo central enmendó al autonómico dejando descolocados a aficionados, en la más incertidumbre a comercios de efectos navales y boquiabiertas e indignadas a las conselleiras de Mar y Medio Rural.

Las conselleiras entienden que «por un motivo desconocido, se está privando a más de 100.000 gallegos y gallegas de poder ejercitar una actividad deportiva sin ningún tipo de argumento que justifique la decisión adoptada por el ministerio».