Tras una segunda etapa en Unicaja, y con el tren del baloncesto americano ya muy lejos, el de Chantada aterrizó en Tenerife. Una aventura de dos años en el Iberostar muy fructífera, levantando la Liga de Campeones y una Intercontinental. En 2018 desembarcó en otra plaza mítica como Zaragoza donde jugó —entre muchos problemas físicos— 49 partidos hasta que el virus paró el balón y su carrera, que prepara su punto y final.
Se va lleno de éxitos y logros con 656 partidos a sus espaldas. El séptimo con más apariciones en el ránking de la ACB tras superar a Alberto Herreros antes de decidir colgar las botas.