José Luis Mateo: «Estamos en fase de evaluar daños y trazar un plan de viabilidad»

DEPORTES

Sandra Alonso

Acostumbrado a sortear dificultades, el club se enfrenta a un nuevo desafío a punto de cumplir 50 años

30 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

José Luis Mateo es tan precavido que no solo no vende la piel del oso antes de cazarlo sino que espera a desollarlo. No es proclive a adelantar acontecimientos, ni siquiera cuando el viento sopla de cola. Mucho menos en el actual contexto, en el que lo embates llegan por los cuatro costados y el futuro se perfila incierto. Pero sus reflexiones dibujan una fotografía bastante precisa de la situación que afronta el club.

—Cuando se paró la competición quedaban por atender cerca de 900.000 euros en el capítulo de gastos. ¿Es correcto?

— No llega a esa cifra, pero se acerca, por lo que el golpe económico es importante, como imagino que será para muchas de las empresas en las que trabaja gente que nos está leyendo ahora mismo.

—¿Cómo está ahora ese frente, con las medidas correctoras que están intentando aplicar? Entiendo que la principal es el ERTE, entre varias.

—Lo cierto es que ni siquiera esta pandemia ha cambiado uno de los ejes nucleares de este consejo de administración desde su llegada: que haya baloncesto en Santiago de Compostela el mayor tiempo posible, con un proyecto serio y del que sus aficionados puedan sentirse orgullosos. Todo lo que se está haciendo va enfocado a esa misión.

—Dicho de otro modo, ¿qué parte del presupuesto falta por asegurar?

—Aunque haya acabado la competición para nosotros, esa pregunta es un poco prematura a finales de abril, pues nuestro ejercicio termina el 30 de junio y todavía hay pendientes reuniones importantes. Pero sí, no va a ser un buen año económicamente hablando. Que sea malo o terrible va a depender de la implicación que encontremos en dichas citas.

—Entiendo que el próximo consejo de administración será clave para ir sentando las bases del nuevo proyecto.

—Sí, cuando finalice el estado de alarma tendremos esa reunión, en la que ya se está trabajando. Estamos en fase de evaluar daños y trazar un plan de viabilidad. Lo cierto es que los consejeros con los que hablo más a menudo, empezando por el presidente, me transmiten implicación y optimismo. El otro día se lo decía a Moncho: son ellos los que me están animando a mí…

—Recuerdo haberle oído, en otros contextos, que deprimirse no es una opción.

—Trabajamos en un sector en el que el estado de ánimo resulta fundamental para conseguir objetivos. Hay un consejero que dice una frase que me gusta mucho, que hay que salir llorado de casa. Y lo cierto es que en esta situación, cuando ves el horizonte y lo que pinta, es verdad que deprimirse no lleva a ninguna. Otra cosa que me hace ser optimista es que estamos en una gran competición, en la que llevamos diez años. Creo que la ACB tiene más herramientas para poder salir adelante. Y así se está viendo.

—Que usted me hable de lloros...

—¿Yo lloro mucho, no? Pero es porque estamos en casa.