Los clubes de Segunda B piden reestructurar la Liga en dos niveles

DEPORTES

ADRIÁN BAÚLDE

Cuarenta equipos firman un documento en el que le proponen a Luis Rubiales crear una competición intermedia de dos grupos entre las actuales Segunda y Segunda B

23 abr 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis provocada en el fútbol por el COVID-19 puede acabar provocando una reestructuración total de todas las categorías nacionales y regionales. O al menos esa es la intención que comienzan a manifestar las partes. El hecho de no poder terminar los campeonatos tal y como estaban programados podría motivar un aumento de equipos en las diferentes divisiones y, con ello, nuevas visiones de lo que debería ser la próxima temporada. Tal y como adelantó La Voz la semana pasada, la Real Federación Española de Fútbol comenzó un debate interno con sus territoriales y el propio Rubiales manifestó su deseo de reorganizar todas las divisiones «en un tiempo prudencial de dos o tres años». Incluso, encima de la mesa se dejó la posibilidad de que la temporada 2020-2021 en Segunda B fuese de 98 equipos, divididos en seis grupos, de los que uno o dos tuviesen un mayor nivel que los restantes.

Un borrador que posiblemente encontraría problemas jurídicos para llevarlo a cabo ya, a la hora de señalar a los equipos beneficiados en detrimento de los no elegidos, pero que sin embargo ha sido aprovechado por los clubes para elevar una propuesta formal. En concreto, en las últimas horas la mitad de los clubes de Segunda B firmaron una carta dirigida al presidente de la RFEF en la que le expresan la necesidad de crear una división intermedia entre lo que son las actuales Segunda A y Segunda B. «Nadie hoy discute que es necesario un cambio en el fútbol no profesional y no hay otro momento como el actual para acometerlo. Por ello, un conjunto de 40 equipos, que hemos seleccionado por estricto orden clasificatorio, hemos elaborado una propuesta de reforma integral de la categoría», explican estos conjuntos en el documento. «Si bien no es más que una propuesta, esta ha sido realizada con rigor y criterio, entendiendo que recoge las bases de un proyecto conjunto que será sólido, duradero y solidario en nuestro fútbol», agregan.

Este planteamiento de los clubes refleja la creación de una nueva categoría, que le dan en llamar Segunda B Pro, y que estaría integrada por 40 equipos (los 4 descendidos de Segunda y los conjuntos clasificados en las diez primeras posiciones en la categoría de bronce en la temporada 2019-2020 en el momento de su paralización, a excepción de los 4 que lograsen el ascenso en el play off exprés que pretende sacar adelante la RFEF). Es decir, ahí entrarían el Coruxo y el Pontevedra como únicos representantes gallegos, siempre que Lugo y Deportivo se mantengan en Segunda y no desciendan. En la propuesta también se detalla que esta nueva categoría contaría con dos grupos, norte y sur, y ascenderían de forma directa los campeones, mientras que los segundos y terceros clasificados jugarían una promoción. Por contra, los cuatro últimos de cada grupo caerían al nivel inferior.

En el escrito, también aparece reflejado un compromiso por parte de los equipos de esta nueva competición a renunciar a cobrar la subvención comprometida por la RFEF del Plan Impulso 23, que los clubes cifran en un ahorro de «unos 4 o 5 millones de euros» y que cederían para los equipos de las categorías inferiores. Además, no pondrían ningún impedimento a la venta centralizada de los derechos de televisión y contenido digital por parte de la RFEF, así como al cobro por el nombre de la competición y a aceptar los patrocinadores oficiales de la federación. Estos 40 clubes se conformarían con percibir el 90 por ciento del dinero recaudado y el 10 restante iría para «proyectos de desarrollo del fútbol».

Según este borrador, tras esta nueva competición aparecería la actual Segunda B con 80 equipos (4 grupos de 20). Cuarenta de ellos serían los diez últimos clasificados de la actual temporada y los otros 40 serían conjuntos ascendidos desde Tercera, de los que no se detalla criterio para su selección. Es decir, al Racing de Ferrol y al Celta B le acompañarían dos o tres equipos gallegos más.

La RFEF valorará a partir de la próxima semana esta propuesta. A favor de ella juega el sentir común de la necesidad de una reorganización que haga viable el Plan Impulso 23. En contra, el exceso de número de equipos (Rubiales expresó el deseo en su última reunión con las territoriales de que las ligas pasen a ser de 16) y la complejidad jurídica de crear una nueva competición sin una base reguladora previa. De ahí que sea más factible hacerlo en años venideros.