¿Cuándo dejarán salir en bici o a correr en solitario?

DEPORTES

MARCOS MÍGUEZ

El aislamiento será clave a la hora de poder practicar deporte, y siempre bajo unas estrictas normas

19 abr 2020 . Actualizado a las 10:36 h.

Camino de cumplir un mes y medio encerrados, el conjunto de la población espera más anuncios de medidas que permitan suavizar el confinamiento. Comenzar a ver una luz al final del túnel. Una dosis de optimismo que permita recargar pilas y seguir afrontando la situación provocada por el COVID-19. El Gobierno anunció anoche las primeras medidas, entre las que está dar un pequeño alivio para los más pequeños. Los menores de doce años podrán empezar a salir a la calle a partir del 27 de abril. Pedro Sánchez avanzó que la fase de desescalada comenzará a partir del 10 de mayo y será «cautelosa y progresiva». Nada precisó de otro de las grandes anhelos de muchos. Los adultos, por ahora, aún no podrán realizar deporte al aire libre. Pero, ¿cuándo se podrá?

Una comisión de expertos evalúa, en función de cómo evoluciona la pandemia, el modo a seguir en la desescalada. El mayor problema con el que se encuentran es que España todavía atraviesa un «estado de transmisión comunitaria». Según explica el expolítico y epidemiólogo gallego Pachi Vázquez, esto significa que «se desconoce de qué manera se está transmitiendo la enfermedad, por lo tanto una persona se puede contagiar en cualquier sitio y no saber cómo». Aún así, apunta que «la pandemia está bajando claramente, aunque no se pueden echar las campanas al vuelo», y por lo tanto «sí se puede ir pensando en medidas puntuales de desconfinamiento». Será entonces cuando, según Vázquez, llegará el fin del aislamiento. «No se podrá salir a correr en grupo. Con cuantas menos personas contactemos, menos riesgo tendremos. Más pronto que tarde se darán las circunstancias para que, con unas medidas correctas de seguridad, la gente pueda hacer deporte en la calle. Eso siempre con medidas de precaución. Ahora parece que se empiezan a dar esas condiciones», y recalca que «podemos no morir por el coronavirus pero sí hacerlo por sedentarismo o por obesidad».

Sin aglomeraciones

Un factor a tener en cuenta según el médico de familia Rosendo Bugarín es la densidad de población a la hora de suavizar el confinamiento. «Salir en bicicleta, a andar o a correr no debe ser peligroso siempre y cuando no haya aglomeraciones», aclara. «No es lo mismo hacer deporte por el monte o por el campo que en una ciudad. El lugar donde se va a practicar ejercicio puede incrementar el riesgo de contagio». Sin embargo, Bugarín apela a la «responabilidad» a la hora de tomar decisiones, a la vez que habla de la «necesidad» de practicar deporte «no solo por aspectos físicos sino también por la salud mental de la gente».

No obstante, recalca que tales permisos deben ser vigilados, sobre todo en las ciudades. «Ir a correr a un lugar donde no se pueda mantener la distancia social entraña un riesgo que también se debe evaluar», puntualiza Rosendo Bugarín. Y aboga por hacer diferencias en cuanto a la toma de decisiones según el lugar del país, siendo consciente de la dificultad que esto conlleva. «En lugares del rural no habría ningún problema por la cantidad de espacio disponible, pero va a ser complicado hacer distinciones».

«Al igual que nos permiten salir a pasear el perro o ir al supermercado, hacer deporte de manera individual sirve para que muchas personas enfermas, por ejemplo con diabetes, puedan reducir su dependencia de la insulina haciendo ejercicio», afirma Diego Vila, coordinador de proyectos del Colegio Oficial de Licenciados en Educación Física.

La distancia social debería multiplicarse al correr

La crisis del coronavirus integrará en la población nuevos hábitos de conducta. Si ahora la distancia óptima para impedir la propagación del virus se considera a partir de entre un metro y medio y dos metros, en el caso de hacer deporte dicha distancia debe duplicarse y hasta triplicarse. La separación entre personas solo sirve para lugares cerrados o espacios al aire libre donde no haya viento. Corriendo, marchando en bicicleta o simplemente caminando, esa distancia no evita el contagio. «Cuando una persona corre, respira más fuerte, produce más mucosidad, escupe, estornuda o tose... eso se llama flujo deslizante y no está claro el tiempo que permanece suspendido en el aire», aclara Diego Vila. Por lo tanto «esa nube de gotas imperceptible, si es atravesada por otro deportista que se encuentre cerca, que corra al lado o que vaya simplemente en bicicleta y pase por ahí, puede contagiarle», puntualiza.

Es por esto que la distancia social debe ser mucho mayor cuando se practica deporte. «Cuando dos personas corren en la misma dirección, una detrás de la otra, la distancia debe ser al menos de cuatro o cinco metros. Esta debe aumentarse hasta los diez metros si se va en bicicleta y será mayor en función de la velocidad a la que se circule», afirma Diego Vila.

Un estudio reciente de de las universidades de Lovaina (Bélgica) y Eindhoven (Holanda) apunta que el riesgo de contagio del coronavirus se reduce cuando las personas corren en paralelo o de forma diagonal, ya que las partículas de saliva pueden alcanzar en menor medida a la otra persona.

Y aconsejan que si una persona sale a correr y se encuentra con otra delante, se mueva hacia un lado hasta comprobar que su cuerpo no bloquee su visión. De esta manera, evita cruzar la posible nube de partículas que puede dejar suspendida en el aire el corredor que le preceda.