Alejandro Rodríguez, el diamante de la factoría Gómez Noya

DEPORTES

El sueño del llamado a suceder al triatleta ferrolano es representar a España en unas Olimpiadas

18 abr 2020 . Actualizado a las 12:55 h.

La leyenda y el mito del que lo ha ganado todo se abren ahora de par en par en una ciudad convertida en escaparate del triatlón mundial. Ferrol. Serán los chocos de la ría, sus calles hechas a escuadra y cartabón, el olor a hierro de los barcos... O, simplemente, que ahí se crió Javier Gómez Noya, que construyó un dique de apellidos importantes de chicos y chicas que adoptaron este deporte con idéntico fervor. No hay varita mágica que valga, ni fórmula magistral, ni siquiera unas pautas de conducta. Lo que hay es un espejo en el que mirarse. El último gran éxito de la escuela que lleva el nombre de Gómez Noya fue el protagonizado por Alejandro Rodríguez Rilo (Ferrol, 16 de enero del 2004). Del cuello de este adolescente de 16 años cuelgan ya más de 200 medallas. La última, la de plata del campeonato del mundo de triatlón escolar sub-16. Hay otra cuestión fundamental encerrada en esta entrevista. Quédense con su nombre y su cara.

—Quedó claro que en su última temporada recogió los frutos de su carrera infantil...

—En el 2019, siendo cadete de primer año a nivel individual, los resultados más relevantes fueron la quinta posición en el WC de Madrid (segundo en categoría sub 16), ofreciéndome esta posición la posibilidad de ser seleccionado por la Federación Española para representar a mi país en el Campeonato del Mundo Escolar de Castelnaudary (Francia), donde consigo, individualmente, ser subcampeón del Mundo sub-16 y, junto a mis compañeros, subcampeones del Mundo por relevos mixtos sub-16.

—Parece que hay buena cantera en Galicia.

—Sí, yo solo soy uno más. Hay chicos y chicas que están consiguiendo muy buenos resultados.

—¿Cómo es el entrenamiento de un joven triatleta?

—Generalmente, según el momento de la temporada, entrenamos cinco sesiones a la semana de natación, cuatro sesiones de carrera y tres o cuatro de ciclismo. De lunes a viernes entreno en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra y los fines de semana lo hago en Ferrol con mis compañeros del Triatlón Ferrol.

—¿Y ahora, en estas circunstancias, con la alerta sanitaria encima, cómo lo hace?

—Estos días, con la cuarentena, hay que cambiar la rutina de los entrenamientos. Mucho rodillo de bicicleta, elíptica, ejercicios de fuerza, de core y de propiocepción para mejorar la estabilidad y evitar lesiones.

—¿Dispone de ayuda de algún patrocinador?

—De momento, una marca de suplementos deportivos que tiene convenio con la Federación Galega. A nivel individual, una marca de neoprenos nos ha hecho un gran descuento en la adquisición. Hoy en día es difícil encontrar patrocinios. Hay grandes triatletas que no consiguen los apoyos suficientes. Se premia más tu éxito en redes sociales que el esfuerzo deportivo.

—¿Cómo es la vida de un chico tan joven que ocupa gran parte de su vida al entrenamiento?

—Al principio empiezas por hacer una actividad extraescolar más, que compaginas con otras. Luego el deporte se va convirtiendo en una pasión. Disfrutas entrenando, pero sobre todo mejorando, y eso es lo que te obliga a ser disciplinado y constante. No todos los días tienes las mismas ganas de entrenar, pero se podría decir que ya lo vives como un estilo de vida.