José Antonio Cambre, la vida en 28 maratones

charo alonso

DEPORTES

EDUARDO PEREZ

Este coruñés de 61 años ha finalizado todas las carreras en las que ha participado, entre ellas los seis «major», una gesta que solo un centenar de españoles ha logrado

03 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La salud fue lo que llevó a José Antonio Cambre (A Coruña, 1958) a empezar a correr. Con el objetivo de mejorar su forma física y de perder algo de peso, este coruñés se inició en el mundo del running. Primero entrenando y después corriendo en pequeñas carreras populares. Lo que él no se imaginaba, por aquel lejano año 2006, era que algo que empezó como un compromiso se convertiría en mucho más que una afición.

Hoy, casi quince años después, con 61 años y con 17 kilos menos, José Antonio Cambre se puede considerar casi un experto en el tema. Los 28 maratones que lleva sobre sus piernas dan buena fe de ello, incluidos los seis majors —Berlín, Londres, Nueva York, Chicago, Boston y Tokio—. Y los que vienen en camino. «Este año tengo dos previstos. Praga en mayo y Florencia en noviembre. A veces, si me encuentro bien y surge la posibilidad de hacer algún viaje, puedo llegar a hacer tres en el mismo año. Más de tres no, no es aconsejable», afirma.

Porque, para José Antonio, los maratones siempre, o cuando puede, van de la mano de algún viaje con su familia. El último, el de Tokio del año pasado. Una de esas carreras para recordar. Con ella, el gallego consiguió la medalla que atestigua que tiene los seis majors en su poder, una gesta que tan solo 114 españoles han conseguido. Gallegos, nada más que un par. Doble gesta si se tiene en cuenta que uno de ellos supera los 60 años y que apenas tuvo tiempo de entrenar para esa última prueba.

«Tenía miedo de no poder terminarlo. Tuve un problema de salud y casi no pude entrenarme. Iba bastante preocupado, pero al poco de empezar supe que iba a hacerlo. Cuando vas a terminar el sexto major lo pone en tu dorsal de la espalda. Entonces, mientras corres, todos los demás participantes te van dando la enhorabuena. Fue un subidón increíble escuchar en todas las lenguas que te puedes imaginar esas palabras de ánimo», recuerda.

Un maratón cada fin de semana

Como para mucha gente, para este coruñés, correr es una forma de recargar las pilas después del trabajo. Su puesto de director comercial de una marca de bebida le exige viajar constantemente, pero José Antonio siempre consigue sacar tiempo para entrenarse: «¿El truco? Las zapatillas en la maleta siempre. No hay nada como darte una vuelta por la ría de Bilbao al acabar la jornada».

José Antonio se define como alguien constante y muy alejado del método, pero tiene su rutina. «Voy a La Solana todos los fines de semana. Cada sábado y domingo corro 21 kilómetros, entre los dos días hago un maratón. Cuando empiezo a preparar alguna carrera, intento salir a correr entre 4 y 5 días por semana», explica el coruñés, que además reconoce que los corredores de maratón son tozudos y sufridos a partes iguales: «En el norte, el tiempo es el que es, y hay veces que no te apetece nada salir a correr lloviendo. Pero tienes que obligarte para poder llegar en forma a la carrera, para intentar hacer marca o simplemente para no llegar muy asfixiado a la línea de meta».

Tiempos sobresalientes

La marca personal es otro de los logros de José Antonio. En todos los maratones que ha disputado —excepto en el de Londres del 2016 al que acudió de invitado—, ha entrado gracias a ella. «Si no llegas a la mínima, pasas a un sorteo donde es casi misión imposible que te toque», cuenta. «Antes era más sencillo. Ahora, para que te hagas una idea, en el maratón de Londres del año pasado había inscritas más de 450.000 personas para 40.000 dorsales. Una locura».

París, en el 2015, fue su mejor marca: 3 horas y 19 minutos. Habitualmente, suele rondar las 3 horas y 25. Pero más allá de los números, si hay algo de lo que José Antonio se siente especialmente orgulloso, después de 28 maratones y una carrera de 101 kilómetros en Ronda, es el hecho de haberlos finalizado todos. «El no haber abandonado nunca y el poder superarte a ti mismo en cada prueba, es un orgullo», afirma el coruñés que, acostumbrado a correr solo, si tiene que escoger una carrera entre todas, no duda: «El maratón de A Coruña del 2019, porque lo corrí con mis hijos, Iván y Rubén».