Adaptarse al contexto, la clave del partido

Toni Ardá e Iyán Baragaño

DEPORTES

Chema Moya | EFE

01 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace unos días escuchábamos a Pep Guardiola, tras remontar el partido en el Bernabéu, explicar cómo había tenido que modificar su ataque por la presión «mano a mano» que venía realizando el Madrid desde la salida de balón del equipo inglés. Parece que en los últimos años los grandes equipos han firmado un consenso a la ahora de adelantar sus líneas defensivas y propiciar recuperaciones de balón lo más cercanas a la portería rival.

Dos jornadas atrás veíamos en el Camp Nou cómo un gran Getafe, equipo revelación en la Liga y que acaba de dejar fuera al Ajax que maravilló a toda Europa la temporada pasada, planteaba un marcaje hombre a hombre en el saque de portería de Ter Stegen. Durante los primeros minutos puso en apuros al equipo de Quique Setién, obligando incluso a los delanteros blaugranas a retrasar su posición para iniciar el ataque de manera organizada y provocando acciones claras de gol que no supo aprovechar y que hubieran modificado el devenir de aquel partido.

La estadística que nos ofrecen los últimos estudios demuestra el aumento de la eficacia goleadora en función de la zona de recuperación de balón, la intención táctica del jugador que recupera la posesión y la duración de la acción ofensiva. Parece, por lo tanto, que los equipos son capaces de robar el balón en campo rival y tratan de progresar de manera rápida en busca del gol aumentan significativamente sus probabilidades de modificar el marcador a su favor. Ante este modelo de éxito, ¿tendría sentido correr menos riesgos en zonas cercanas a la propia portería en la salida de balón y modificar el modelo ofensivo ante equipos que puedan realizar una presión alta tan eficaz?

En el clásico del 17 de diciembre ya pudimos ver un Madrid atrevido, pese a su condición de visitante, posicionado en campo rival la mayor parte del partido, provocando 19 recuperaciones en esa zona (frente a las 7 propiciadas por el Barça) y que, con un menor porcentaje de posesión, consiguió cerca del doble de tiros y tiros a portería y las ocasiones más claras.

El clásico del Bernabéu llega en un momento difícil para el equipo local, dos partidos en Liga sin conocer la victoria, un resultado en Champions que le complica y el posible miedo a distanciarse del liderato ante una hipotética derrota son factores que pueden jugar a favor de los visitantes. Pero, ante su afición, lo más probable es que veamos de nuevo un Madrid adelantado, tratando de incomodar desde su creación el juego de posesión que caracteriza al equipo de Setién y buscando finalizaciones rápidas tras recuperación de balón.

Ante este posible planteamiento del Madrid, veremos si el Barcelona y sus jugadores son capaces de mantener su idea de juego y correr los riesgos que vienen asumiendo en los últimos partidos, que tantas ventajas otorga cuando se ejecuta a la perfección y que tanto penaliza cuando el error aparece.

Grupo de Investigación AGR de la UDC