
El presidente del Barcelona recibió la desaprobación de un sector ampliamente mayoritario de la grada
22 feb 2020 . Actualizado a las 17:31 h.Después de una semana marcada por la crisis de las cuentas digitales, una buena parte de los aficionados que este sábado acudieron al Camp Nou dedicaron silbidos, mostraron pañuelos y entonaron gritos de «Bartomeu dimisión» antes del Barcelona-Eibar.
Después de que por la megafonía sonara el himno del club azulgrana y poco antes del pitido inicial, que empezó con siete minutos de retraso, los asistentes al encuentro mostraron su descontento con el palco.
La disconformidad de parte de los aficionados se produce pocos días después de la última crisis institucional en los despachos de la entidad.
La Cadena Ser destapó el pasado lunes que la entidad había contratado una empresa para crear un estado de opinión favorable a la gestión del club, a través de Internet, por valor de poco menos de un millón de euros.
Según dicha información, el cometido de esta empresa fue más allá, al redactar textos contra actuales jugadores, como Gerard Piqué, iconos como Xavi Hernández o Carles Puyol, así como contra Joan Laporta o contra un aspirante a la presidencia, como es el socio Víctor Font, entre otros.
Este viernes el presidente del Barcelona, Josep Maria Bartomeu, recibió presiones por parte de destacados miembros de la junta del club para que la crisis institucional que vive la entidad se solucione abandonando la presidencia o convocando elecciones.

La junta directiva presiona a Bartomeu para que se vaya
Martin Braithwaite, con solo un entrenamiento en las piernas a las órdenes de Quique Setién, ya entró en su primera convocatoria e incluso podría debutar hoy ante el Eibar en el Camp Nou (16 horas, Movistar LaLiga). El técnico cántabro avanzó que no haría demasiadas rotaciones pese a que la próxima semana es trascendental, con el Nápoles esperando el martes en la ida de los octavos de final de la Liga de Campeones y el Real Madrid amenazando de cara al clásico del próximo domingo.
Pero en Can Barça todas esas cumbres se ven todavía muy lejos. Incluso el duelo ante los de Mendilibar queda en un segundo plano con el club instalado en una crisis institucional que ya tiene su primera víctima y en la que ya se empieza a agitar la bandera de las elecciones anticipadas.