Palmeira y Aguiño disputaron este domingo un derbi que ha trascendido las fronteras del fútbol barbanzano. El barro, las charcas y la batalla fueron los grandes protagonistas durante los 90 minutos
11 feb 2020 . Actualizado a las 17:58 h.Si existe un terreno de juego donde es posible viajar en el tiempo, ese es el feudo de Ventín, en Palmeira, Ribeira. Con viento y lluvia, aficionados y jugadores regresan a aquel fútbol de pantalones excesivamente cortos, bigotes poblados, patadas dignas de juzgado de guardia y donde el balón es un mero espectador de lo que ocurría entre tangana y tangana.
Palmeira y Aguiño se vieron las caras este domingo en un duelo de estas características, casi un homenaje a la oscarizada 1917 de Sam Mendes. Fue un duelo a cara de perro, más parecido a una trinchera del Somme francés que a un partido de fútbol entre dos equipos vecinos, como ha quedado inmortalizado en un vídeo que se ha hecho viral a través de las redes sociales.
Ni así se amilanaron los jugadores elegidos por los dos técnicos, David O Pedreiro y Anxo Martínez. Pero el fútbol, vistas las condiciones con las que tocó jugar, sobrevoló durante 90 minutos el destartalado césped palmeirense. El Aguiño, líder imbatido de Tercera Galicia (última división autonómica), gozó de oportunidades para llevarse el duelo, pero pecó de falta de colmillo en los metros finales. Tampoco tuvo suerte. Las charcas que se crearon bajo palos frenaron sus disparos, incapaces de traspasar la línea de gol.
No fue hasta el minuto 66 que Gonzalo, en una jugada embarullada, con la pelota escapando a trompicones de pie en pie, logró aprovechar un balón muerto en el área para hacer el 0-1. Pero el Palmeira conoce como pocos ese fútbol de batalla de, como reza su lema, de sangre y arena, y David, a los pocos minutos, cerró el empate para los locales, al finalizar una buena jugada colectiva y batir al cancerbero visitante. 1-1, un empate que demuestra una vez más que en la guerra no hay bandos vencedores.