Manuel Franco, el primer árbitro gallego en la Davis

DEPORTES

CEDIDA

El boirense dirigirá como juez de silla los partidos de la eliminatoria entre Dinamarca y Puerto Rico

10 feb 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Horas de estudio, cientos de partidos a su espalda, viajes para arbitrar en todos los puntos de mundo. Ese es el camino que ha recorrido Manuel Franco (Boiro, 1993) para convertirse en el primer árbitro de Galicia que dirigirá una eliminatoria de Copa Davis. Será el próximo mes de marzo, en Dinamarca, donde impartirá justicia desde la silla en la previa de clasificación entre el citado país nórdico y Puerto Rico.

Con un futuro prometedor por delante, el boirense se convierte precozmente en historia del tenis autonómico. «Si sigue con este nivel de compromiso, trabajo y estudio, de aquí a tres o cuatro años puede conseguir la chapa plata». El que habla es Gabriel Fernández, presidente del Comité Gallego de Árbitros, y vicepresidente del ente homólogo a nivel nacional.

En el mundo de los jueces de tenis, los grados se dividen en chapas. La más importante es la chapa oro, que abre las puertas a dirigir los Grand Slam. Un escalón por debajo está la plata, que habilita a sus poseedores a impartir justicia en los Másters 1.000. El tercer escalafón lo ocupan los tenedores de la chapa bronce, donde se encuentra Manuel Franco, único gallego que cuenta con el distintivo.

«Ahora tiene posibilidades para dirigir las primeras rondas de un Másters 1.000 como el de Madrid, o finales como juez de línea. Con la chapa bronce su trabajo en España es menor, porque está a un nivel internacional. Le tocará viajar mucho, con esa titulación te pueden llamar de cualquier lugar, Cincinnati, Indian Wells, o la Copa Davis, como es su caso», explica Gabriel Fernández, quien valora lo logrado por un gallego como un éxito que marca el camino para nuevas generaciones de árbitros de la comunidad.

El futuro

Manuel Franco goza también de la condición de ser el árbitro más joven que posee la chapa bronce en España. La logró en Hamburgo, después del enésimo curso que deben completar los jueces. «Es un mundo muy complicado. Manuel tiene posibilidades para seguir creciendo. Es educado, domina el inglés y las situaciones personales en la pista. Tiene una capacidad muy alta para controlarlo todo. Esa es la dificultad de un juez de silla, no solo cantar las bolas que entran o no», destaca Fernández.

El siguiente paso hacia la chapa plateada deberá contar con el visto bueno de la Federación Internacional de Tenis (ITF en sus siglas en inglés), así como de la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP). Valorarán su trabajo en las citas más exigentes, no solo como juez de silla, sino también desde la línea en los duelos más complicados. «Las altas esferas de la ITF lo deben estar siguiendo, cuando eres chapa bronce se conocen todos», afirma un Fernández que solo tiene buenas palabras sobre un chaval al que solo le falta el Open de Australia para completar su particular participación en los cuatro grandes.

«Tienes que invertir mucho dinero, debes viajar a Argentina, Tokio, muchas veces pierdes dinero, pero es una inversión de futuro», desgrana Fernández, quien espera que Manuel Franco siga cumpliendo metas: «Cuando se sacó el título de árbitro nacional ya vimos que era muy bueno». Ahora deberá demostrarlo en la primera eliminatoria de Copa Davis que un gallego dirigirá como juez de silla.