Un gol de Benzema sella el vigésimo primer partido consecutivo invicto de los de Zidane y deja a los rojiblancos a trece puntos del líder
01 feb 2020 . Actualizado a las 19:26 h.El Real Madrid dio la puntilla a las opciones ligueras del Atlético y sigue lanzado en un campeonato que domina con autoridad tanto en los días que le toca vestir de etiqueta como en aquellos en los que tiene que ponerse el mono de trabajo. Ganaron los blancos en el Santiago Bernabéu para poner fin a más de siete años de orfandad de un triunfo en Chamartín del anfitrión en un derbi liguero y prolongar a 21 la cadena de partidos consecutivos invicto que acumula el conjunto de Zinedine Zidane, reivindicado esta vez con sus cambios al intermedio.
Le cambiaron la cara al duelo las entradas de Lucas Vázquez y sobre todo de Vinicius al inicio de la segunda parte, donde el líder se vio relanzado con la presencia de dos extremos que aportaron el dinamismo y desequilibrio de que careció el Real Madrid en un primer tiempo de anodina melodía por parte de sus centrocampistas. Clave el carioca al asociarse con Mendy en la jugada que precipitó el gol de Benzema, desatascador el ariete de un choque que deja en cinco la racha de encuentros sin conocer la victoria del Atlético, la peor de la era Simeone.
Fue mejor en la primera parte el Atlético, que llegó a amenazar y coqueteó en un par de ocasiones con el 0-1, pero que se marchó del coliseo de La Castellana sabiendo que tendrá que remar para regresar a los puestos que dan acceso a la próxima edición de la Champions, a trece puntos ya del líder, eliminado de la Copa del Rey y derrotado en la final de la Supercopa de España, mientras se juega su última carta para aspirar a un título esta temporada en la complicadísima eliminatoria europea ante el formidable Liverpool. Salió añadiendo otra capa a su imagen de poderío el Real Madrid, incontenible desde hace más de tres meses y con otra portería a cero, la decimosexta en sus 32 partidos de un curso en el que ya se embuchó la Supercopa de España y dispone de armas suficientes para pelear por todo.
Había vuelto a apostar por cinco jinetes en la zona de creación Zidane como en Yeda, pero la superpoblación de mediocampistas derivó esta vez en un ataque trabado frente a un Atlético bien dispuesto en fase defensiva y que hacía daño por los carriles, ensanchando el campo y presto para aprovechar cualquier resquicio de su oponente.
Pudo hacerlo en un error de Benzema en la salida que corrigió Mendy, con Correa merodeando en boca de gol. Tuvo Vitolo otra aún más franca que repelió Courtois, sin que Correa pudiera cazar el rechace ante un Sergio Ramos raudo en el despeje. Para entonces sólo el sevillano, que disputaba su derbi número 42, alcanzando a Paco Gento y Manolo Sanchís semanas después de convertirse en el futbolista con más clásicos en sus piernas, había avistado a Oblak aunque sin tino, primero en una acción de estrategia botada por Kroos que Sergio Ramos no acertó a embocar en posición forzada y perdonando una ocasión pintiparada minutos después, de nuevo con Kroos como servidor en otro lance a balón parado.
Notable presentación de los rojiblancos frente a un Real Madrid al que le faltaba filo ofensivo. Muchos metros entre la medular y Benzema, sin nadie que enlazase ni desbordase por las bandas. Escasa presencia merengue en zona de peligro, que sí pisaba con frecuencia el equipo de Simeone con la verticalidad de Vitolo y Correa mientras Casemiro sufría como un islote en la contención. La ubicación de Valverde en una de las alas restaba vigor al centro del campo del Real Madrid, lento en la circulación.
Había conseguido Simeone atrapar con su tela de araña a los maquinistas blancos, incapaces de resolver su propio sudoku un día en el que el Cholo sí había visto venir a Zidane. Sobraban cartas por el carril central y faltaba vuelo de los laterales locales. Mucho más suelto el Atlético, ayudado también por un rival de ritmo plomizo que apenas probó a Oblak con un disparo centrado de Modric al borde del intermedio.
Golpe de autoridad
Respiró el Real Madrid por la falta de pegada de los colchoneros, que de tener más pólvora bien podrían haber impedido el sexto empate a nada al descanso de los siete últimos derbis en el Santiago Bernabéu. Suficiente para que Zidane interviniese en el entreacto. Arriesgó el francés retirando a Kroos e Isco para buscar el desequilibrio de Lucas Vázquez y Vinicius. Más colmillo a costa de toque y orden para un Real Madrid que creció mientras el Atlético bajaba la cabeza con la salida de un tocado Morata, que había pedido penalti en un lance con Casemiro que el árbitro no estimó punible.
Ya no supo reponerse. Se cobró pronto el premio a su valentía Zidane. Combinó Vinicius con Mendy, que metió un centro tenso y medido, inalcanzable para los zagueros pero no para Benzema, que de primeras empaló su tercer gol en 21 derbis contra los rojiblancos. Impecable asistencia del lateral zurdo, otra apuesta personal que le está funcionando de maravilla al marsellés. Cerrojo defensivo -con él sobre el pasto los blancos sólo han concedido tres goles en Liga-y se descuelga cada vez con más soltura en ataque, dueño de una demarcación que durante más de una década fue coto privado de Marcelo y que ahora gobierna el ex del Olympique de Lyon, otro de los responsables de esa firmeza que convierte en temible al Real Madrid.