Garbiñe Muguruza, proyecto de todoterreno

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DPA

A sus 26 años juega la final de Melbourne ante Kenin con el desafío de ser ya la única española con «grand slams» en tierra, hierba y pista dura

31 ene 2020 . Actualizado a las 23:50 h.

Además del carisma de una luchadora, Arantxa Sánchez Vicario tuvo la garra y la regularidad para ganar cuatro grand slams (entre los de Roland Garros en 1989, 1994 y 1998 y el US Open de 1994). Su coetánea Conchita Martínez representaba todo lo contrario, la fragilidad de un repertorio variado y de ataque defendido por una deportista de mentalidad quebradiza, pero que ganó su único grande en Wimbledon el día que la catedral del tenis vivió, en 1994, la última final de un mito como Martina Navratilova.

Un par de décadas después de todo aquello, Garbiñe Muguruza ha ido construyendo su carrera en renglones torcidos. Con un potencial físico y tenístico que tiende al infinito, pero con una capacidad autodestructiva que amenazó con apartarla no ya de su objetivo de marcar época, sino siquiera de la clase alta del tenis actual. Pero de su última caída a los infiernos regresó con la credibilidad de ejecutar un plan diseñado por Conchita Martínez, que como entrenadora sabe aplicar con inteligencia las recetas que a veces le costaba ver en la pista. Este sábado(Eurosport y Dazn, 9.30 horas) Muguruza, a sus 26 años, puede convertirse en una todoterreno. Opta en Australia a su tercer grand slam (ya ganó Roland Garros 2016 y Wimbledon 2017), con lo que tendría títulos en majors disputados sobre tierra, hierba y pista dura sintética. Algo que no habían redondeado ni Arantxa ni Conchita.

Muguruza tiene un don para los grandes acontecimientos. Para su fenomenal tenis tiene un corto palmarés, pues opta hoy a su octavo título y tres de ellos serían grand slams. El último obstáculo para conseguir la victoria en Melbourne -adonde llegó enferma y renqueante y de donde puede salir redimida- lo representa la estadounidense nacida en Moscú, Sofia Kenin, que a sus 21 años es una inédita en las últimas rondas de los eventos de verdad.

El camino de Kenin a la final fue exigente. Tumbó a la niña prodigio Coco Gauff y a la actual número uno, Ashleigh Barty.Solo puede quedar una. Y Garbiñe quiere ser todoterreno.