Thiem descabalga a Nadal en cuartos

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EDGAR SU | REUTERS

El austríaco elimina al manacorí en cuatro sets y pone en peligro su número uno mundial

29 ene 2020 . Actualizado a las 17:50 h.

La caza de los 20 Grand Slam de Roger Federer tendrá que esperar. No será en Australia donde alcance la marca del suizo, porque entre él y la gloria se antepuso un excelso Dominic Thiem. El austríaco se impuso por 7-6 (3), 7-6 (4), 4-6 y 7-6 (6) evitando que Rafael Nadal acceda a las semifinales de Melbourne y consiguiendo su primer triunfo sobre el español en un Grand Slam.

Nadal tenía un problema que normalmente no suele abrumarle. La contundencia. El español se armaba a la perfección para encarar el set, pero fallaba a la hora de rematar a Thiem. Fue especialmente doloroso este contratiempo en el primer y segundo set, parciales que Nadal tuvo de su lado y dejó escapar.

Porque el balear llegó a servir para apuntarse la primera manga. Sacó para ello, dispuso de un punto de set y lo dejó escapar. O más bien Thiem logró salir de ese atolladero. El austríaco se ha convertido en uno de los muros más difíciles de derribar del circuito y sus intercambios son un infierno para los rivales.

A Nadal le pasó factura esa oportunidad perdida y acabó entregando el set en el 'tie break' y complicándose la existencia en la Rod Laver Arena. Los peloteos entre estos dos eran de un voltaje brutal, alargándose hasta el extremo y definiéndose por una genialidad del balear o un arrebato de furia de Thiem. La incapacidad de entender el esfuerzo físico por parte de la jueza de silla desesperó a Nadal, que le llegó a espetar un «no te gusta el tenis», cuando le pitó una advertencia por tardar al sacar. El incidente no se volvió a repetir.

Nadal ya solo se enfadaría con sus fallos. Mientras fueran empate, Nadal contrarrestaba la inercia de Thiem. Su problema era la ventaja. Cuando volvió a ponerse por delante gracias a una rotura en el segundo set, su brazo se encogió y Thiem respondió rápidamente. No había manera de que Nadal rematase, provocando otro desempate y otra exhibición de su rival. Nadal cayó 0-4 abajo en el 'tie break', remó hasta el 4-4, emplazando una épica remontada, pero el austríaco no se amilanó. Tres puntos seguidos en su zurrón y una ventaja de dos sets a cero.

Solo en tres ocasiones en su carrera, Nadal ha remontado un marcador así. Lo hizo en la famosa final del Masters de Madrid en 2005 ante el croata Ivan Ljubicic, contra Robert Kendrick en Wimbledon 2006 y contra Mikhail Youzhny en Wimbledon 2007. Trece años desde su última gran remontada. No iba a ser fácil, igual que no iba a ser fácil que Thiem mantuviera el nivel mostrado hasta ese momento. Su estado casi divino bajaría a terrenal y sería aplacado por Nadal en cuanto dio opción. Dos bolas de set con 5-4 a favor de Nadal mandaron el partido al cuarto. Devolvieron al español al encuentro e hicieron que el austríaco se encogiera de brazos y mirara desesperado a su palco, donde Nicolás Massú solo podía animarle y pedirle corazón.

Pero Nadal volvió a dejar escaparse el tren. Tuvo tres pelotas de 'break' para ponerse arriba, las desperdició y al siguiente juego, Thiem quebró al español, pero se achicó al sacar para partido. En el desempate, Nadal salvó dos puntos de partido, uno con un dramático ojo de halcón, al tercero que tuvo Thiem, cerró su triunfo más importante sobre el manacorense.

Esta derrota le podría costar el número uno a Nadal, puesto que si Novak Djokovic gana el torneo le superaría en el ránking. El rival de Thiem en la siguiente ronda será Alexander Zverev, que frenó a Stan Wawrinka (1-6, 6-3, 6-4 y 6-2) y disputará sus primeras semifinales de un Grand Slam. Será el noveno encuentro entre Zverev y Thiem, con el austríaco liderando el enfrentamiento por 6-2.

Muguruza rompe el techo de Melbourne Por otra parte, lametamorfosis de Garbiñe Muguruza está llamando a la puerta. Otro partido serio, otra victoria contundente y las primeras semifinales de su vida en el Abierto de Australia. La tenista española continúa su historia de resurrección y está a un paso de la final en Melbourne al derrotar a Anastasia Pavlyuchenkova (7-5 y 6-3) y clasificarse a semifinales.

Y eso que la que empezó más concienciada en el duelo de cuartos de final fue la rusa, como si fuera ella la campeona de dos Grand Slam y exnúmero uno del mundo. A ello ayudaba que en su banquillo hubiera una cara conocida como la de Sam Sumyk. El estadounidense, hasta el año pasado entrenador de Muguruza, ejercía de espía del partido, de infiltrado. Nadie mejor que él sabe cómo juega y cómo jugar a la española. La batalla era tanto física en la pista como mental con el banquillo.

La rusa rubricó su buen comienzo contraatacando a Muguruza, imprimiendo más fuerza que la española y desarmándola a partir de ello. Después de intercambiar roturas con 1-1 y más tarde con 3-3, gracias a encadenamiento de errores por parte de ambas, Muguruza afinó al servicio, calmó los nervios y mostró su cara nueva.

El ejemplo era visible en sus subidas a la red, otrora precipitadas, ahora pausadas y con sentida. Si antes se abalanzaba bola simplemente a golpear, ahora espera a que su oponente elija lado al que moverse, para posar suavemente la pelota en el otro lado.

Con un certero punto de set ganado con 6-5 a favor en el marcador confirmaba Muguruza su tendencia de ir de menos a más y obligaba a la rusa a remontar si quería pisar sus primeras semifinales de Grand Slam. Ese era su meta, alcanzar una ronda en la que no ha estado, ya que hasta en cinco ocasiones se ha estrellado en los cuartos de final. Para evitarlo, Muguruza exhibió su capacidad de respuesta. Como en el primer set, comenzó por debajo, se dejó un 'break' de desventaja de camino y lo recuperó inmediatamente. No estaba dispuesta a dejar que la rusa se fuera en el marcador y se le pasase por la cabeza que podía ser su día.

Era el día de que Muguruza igualase a su entrenadora, de que se convirtiera en la primera española en llegar a las semifinales en Melbourne desde que lo hiciera Conchita Martínez en el 2000. Veinte años después de aquella proeza, Muguruza rompe su techo en Australia y se clasifica a unas históricas semifinales.

Ahí le espera Simona Halep, número dos del mundo. La rumana, en una semana perfecta en la que no ha cedido ni un set, se ganó el derecho a buscar la final al vencer a la estonia Anett Kontaveit por un doble 6-1 en apenas 53 minutos de partido. Será el sexto enfrentamiento entre Muguruza y Halep, con la española dominando por tres victorias a dos.