El equipo de Zidane gana a los puntos, pero no logra k.o.

Javier Lavandeira

DEPORTES

Alejandro García | EFE

18 dic 2019 . Actualizado a las 23:18 h.

Un Madrid que gana día a día en sensaciones eclipsó a un Barcelona incapaz de vencer la presión del rival, de buscar variantes para la salida de balón, de manejar el tempo del juego, de juntarse para atacar y, por lo tanto, imposible juntarse para presionar, con desequilibrio en la organización espacial, etc.. Todos estos condicionantes hacen que el Barça hiciese el partido que su opositor quería y nunca el que le hubiera gustado a él. ¿Cuántas veces el Barça fue capaz de realizar presión tras pérdida, seña de identidad de su juego?

La clave viene marcada por un buen posicionamiento en avanzado del Madrid, reduciendo espacios y anulando futbolistas en fase de iniciación-creación, lo que obligaba al Barcelona a buscar la fase de inicio-finalización sobre Suárez, que la mayoría de las veces perdía en anticipación el duelo con los defensores madridistas.

Ese buen posicionamiento le permitió hacer un gran trabajo colectivo, con un gran equilibrio defensivo que le posibilitó robos, centros, remates y muchos rechaces que evidenciaron también un gran equilibrio ofensivo.

Aunque por momentos el Barcelona jugaba, transitaba y llegaba, nunca se sintió cómodo, tuvo que defender más de lo que acostumbra y la clave está en lo colectivo, algo que siempre se le ha reprochado a Zidane y que manejó genial en lo táctico, manifestando reducción de espacios y achique vertical, y que hizo perfecto en lo sistémico, con un 4-4-2 de gran movilidad, en el que esa movilidad inteligente hacía que se generasen superioridades cuantitativas y cualitativas. Así desorganizó al rival, que siempre se encontró muy desconectado con su 4-3-3, con excesivos metros entre ellos.

El sistema del Madrid mutaba a 4-3-3 si era necesario para presionar e igualar o para incorporar futbolistas a zonas de remate. ¿Un debe en el juego blanco? Demasiado trabajo para poca sorpresa, mucho balón para poca profundidad y menos pegada, que sigue siendo lo que necesita mejorar Zidane. Lo mejor del Barça es que resistió a cero ante un equipo fácil de encajar, que transitó ofensivamente con cierto criterio y que cuando Messi interviene sí es capaz de lucir pegada sin tener tanto el balón como antaño.

Futbolistas del partido: Casemiro es el péndulo del juego colectivo del Madrid, y Piqué en las grandes citas siempre está a un gran nivel, y ayer tocaba defender. Los dos equipos con cosas que mejorar, pero buena presentación de credenciales para ganar la Liga y postularse en la Champions.