«Si el animal falla, yo fallo, por eso tenemos que ser un equipo»

DEPORTES

MIGUEL VILLAR

José Fernández competirá junto a su perro Cobi en el Campeonato de España de Mushing, en Boborás

05 dic 2019 . Actualizado a las 15:15 h.

El canicrós es una de las cinco disciplinas del mushing, y consiste en correr con un perro atado a la cintura gracias a un cinturón y a una línea de tiro que se conecta con un arnés que lleva puesto el animal. De esta modalidad deportiva sabe mucho el ourensano José Fernández, que forma parte del equipo Acade, sin duda gracias a compañeros de equipo como Cobi. Este último es un cruce entre labrador y rottweiler que acaba de cumplir dos años, y lleva uno compitiendo junto a él. «Antes corría con Leo, que salió varias veces en prensa porque con él conseguí muy buenos tiempos, pero cumplió diez años y entonces tuvo que jubilarse», explica José. Ahora se pone detrás de Cobi, aunque admite que a sus 62 años lo que más le importa es disfrutar: «Quiero divertirme y ganar en salud».

Este fin de semana tendrá lugar en el circuito de Boborás el Campeonato de España de Mushing 2019. En esta ocasión el ourensano participará exclusivamente en la modalidad de canicrós, en la que lleva compitiendo desde hace 11 años, aunque en anteriores temporadas probó suerte en la de bikejoring -en esta disciplina el guía va en bicicleta, y el perro tira de ella-. En ella, igual que en las otras cuatro disciplinas del mushing, dice José Fernández que hay que tener muy presente el respeto al animal y las normas de seguridad que protegen a uno y a otro. «El perro lleva un arnés especial que le cubre todo el tronco; ahí va una línea de tiro de un metro, que termina en un amortiguador para que aguante los tirones. Todo ello se engancha con un sistema de anclaje rápido a un cinturón que yo llevo puesto, que en caso de emergencia se suelta automáticamente; de esta forma, si me caigo el perro no me arrastra», explica. Para que este deporte cobre sentido es fundamental que exista sentimiento de equipo entre la persona y el perro que le guía, algo que se consigue a través del afecto y, por supuesto, de los entrenamientos. «Si el animal falla, yo fallo, y al revés también, por eso tenemos que ser un equipo y practicamos tres veces a la semana, con series cortas, de 200 metros, o recorridos largos de hasta seis kilómetros», dice.

El otro aspecto fundamental a tener en cuenta a la hora de correr canicrós es la temperatura exterior, que nunca puede superar los 16 grados. «Los perros tienen un abrigo enorme de pelo, por lo que su temperatura es 15 grados superior a la nuestra, y hay que tenerlo siempre en cuenta para que no sufran por el calor», explica José. La carrera de este fin de semana será una más que sumar al palmarés de esta pareja, a la que todavía le quedan muchas más. «Soy feliz practicando este deporte, y espero seguir mucho tiempo más», finaliza.