Ayer fue un día de muchas emociones. Por una parte, sentimos un poco de tristeza porque se acaba una etapa en la vida de Jorge. Él se subió por primera vez a una moto con tan solo dos años. Ahora tiene 32. Así que ha estado 30 años encima de ella. Ha conseguido resultados y un palmarés deportivo tremendo. Estamos un poco tristes por cerrar esta etapa y al mismo tiempo, entendiendo que era hora de hacerlo y que se abre un ciclo nuevo en su vida. Tenemos emociones enfrentadas. Lo hemos apoyado cien por cien. En todas las decisiones que tome, Jorge sabe que nos tiene a su lado.
Ha sido un cúmulo de circunstancias lo que le ha llevado a la retirada. Principalmente las lesiones, pero también la falta de motivación. Ha tenido una moto muy complicada en la que no ha encontrado la confianza necesaria para ir rápido. Le ha costado mucho. No ha sido nada fácil. Aunque lo ha intentado de todas las maneras, incluso forzando la situación y provocando caídas. Cuando estás en un situación así, y sobre todo con la lesión de espalda tras la caída en Holanda, es complicado seguir con la motivación que se necesita para estar en un deporte de alto riesgo y de élite como es este.
Su última carrera será especial. Un homenaje por su parte a la afición y también servirá para que los aficionados valoren cómo ha sido Jorge como piloto. Ha sido honesto, comprometido, capaz de salir con dos tobillos rotos a pista. Capaz de romperse la clavícula el viernes y el domingo estar encima de la moto, como pasó en China, y hacer quinto. Para todo eso hace falta mucho compromiso con tu trabajo. Y eso debe serle reconocido. No ha sido un piloto sucio con sus compañeros ni en pista ni fuera de ella. Estoy muy orgulloso de él.
Chicho Lorenzo, padre de Jorge Lorenzo