La influencia de los ídolos locales

Isidoro Hornillos

DEPORTES

VALDRIN XHEMAJ | EFE

07 oct 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Son muy pocos los deportistas que pueden ejercer una intensa influencia sobre la población, en especial sobre los más jóvenes. Suelen ser figuras internacionales que provocan la admiración, pero también la identificación con un determinado sentimiento o rasgo identitario. Cuando, además, representan valores que la sociedad admite como positivos, se convierten en ídolos.

Adrián Ben y Ana Peleteiro han conseguido que una parte muy importante de la sociedad gallega haya estado muy pendiente de sus actuaciones. La fulgurante ascensión internacional que ha sufrido el de Viveiro y la constatación de que la de Ribeira puede y debe aspirar a las medallas en cualquier competición del mundo, ha calado con fuerza en Galicia. Muchos niños y jóvenes querrán emular a estos dos excepcionales deportistas y aventurarse en el apasionante mundo del rendimiento deportivo. El atletismo gallego está de enhorabuena, tras su paso por Doha.

La selección española ha situado a nuestro país en el puesto 30 del medallero internacional tras el mundial. Pero no debemos olvidar que se han obtenido 8 plazas de finalistas y que se ha mejorado las actuaciones de las últimas ediciones. Es un dato positivo y un cambio de tendencia que debemos poner en valor.

El deporte federado en España no es un sector especialmente protegido, en relación a otros países del entorno geográfico, por mucho que la clase política nos intente convencer de lo contrario. Y no lo es ni a nivel de presupuestos ni tampoco en avances legislativos. Nuestros deportistas se enfrentan a otros que se benefician de condiciones más propicias.

Por ello, a la hora de enjuiciar una actuación, hay que hacerlo manejando más datos que la mera clasificación de las medallas. Los españoles saben competir, en general, bien y no son inferiores. Otra cuestión es valorar la genética española a la hora de rendir en ciertas disciplinas. Cierto es que algunos no han estado a su altura, pero hay que estar más satisfecho de la actuación que decepcionados.

Tiempo habrá de valorar el mundial de Doha pero, salvo el gran fracaso de público, algo que habrá que considerar a la hora de conceder sedes, el nivel deportivo visto ha sido muy alto. De los mejores campeonatos que se han visto con unos recursos tecnológicos sobresalientes.