«El Teucro no es para aventureros»

Nieves D. Amil
Nieves D. Amil PONTEVEDRA / LA VOZ

DEPORTES

ADRIÁN BAÚLDE

Carlos García-Alén reconoce que su dimisión se debe únicamente a motivos «personales y familiares» y espera que la futura directiva venga «a sacar al club de donde está»

02 oct 2019 . Actualizado a las 17:57 h.

Una semana después de que se supiese que Carlos García-Alén no seguiría al frente del Teucro, el presidente del club ha decidido explicar cuales son los motivos que le llevaron a tomar esa decisión, que no supondrá una desvinculación definitiva del club. Al menos eso es lo que espera él. Es un paso atrás hasta que llegue un relevo. «Lo que provoca mi dimisión es un tema del ámbito empresarial, familiar y personal, no es algo que haya decidido ahora, ya lo hice en mayo y no tiene ninguna incidencia con los resultados deportivos», explica García-Alén, que reconoce que en estos nueve años «le dediqué mucho tiempo al Teucro y ahora tengo que hacerlo a la conciliación familiar».

La dimisión del presidente no supondrá su desvinculación inmediata. El 30 de octubre convocará una asamblea ordinaria en la que presentará su renuncia de forma oficial y en un plazo de dos eses convocará las elecciones al Teucro. En el caso de que no haya ninguna candidatura, la actual directiva pasará a formar una comisión gestora en la que cada uno tendrá un rol dentro del club.

Pero García -Alén va más allá y asegura que en el caso de que un nuevo equipo directivo gane las elecciones, él estaría dispuesto a trabajar con ellos. «Ahora es momento de sumar, aún puedo hacer muchas cosas por el Teucro, me ofrecería a cualquier extraño que venga con intención de ayudar», confiesa el presidente azul.

Arropado por parte de la junta directiva y del cuerpo técnico, se sentó en solitario en la sala de prensa del pabellón para detallar todos los motivos y las expectativa de futuro que tiene tanto él como su vinculación con el club. Dejó claro que no existe una relación entre su dimisión y una posible crisis interna. «Frente al primer pensamiento de que una dimisión pueda estar vinculada a una crisis o una desbandada, ya digo claramente que no es así», advirtió. Algo nervioso y con una llamativa camisa, su seña de identidad, reconoció que dejaba de ser presidente porque «no tengo tiempo, el Teucro necesita una dedicación exclusiva y yo ahora no puedo hacerlo. Me dedicaba a la parte económica y de gestión de ayudas públicas, que mientras pueda seguir haciéndolo, lo haré».

Este paso atrás que da Carlos García-Alén supone también el de todo el equipo directivo, al que agradeció estos años de gestión, en los que consiguieron reducir la deuda desde 1,8 millones a los 247.000 euros que todavía tienen pendientes y que deberán dejar a cero en los próximos cinco años. «Cuando el pasado diciembre asumí el mandato tenía como objetivo acabar con el pago y si no lo podía hacer en estos cuatro años, me volvería a presentar», confiesa el presidente, que lanza un mensaje a los que se interesen por dirigir el club: «El Teucro no es para aventureros, el que venga tiene que hacerlo con ganas para sacar el club adelante».

Avales con patrimonio personal

En esta batalla por sanear el equipo, tanto él como la junta directiva han tenido que avalar en más de una ocasión con su patrimonio personal, algo que los que entren deben tener en cuenta. «Aunque las cosas están mejor que hace nueve años y hay presupuesto para hacer frente a la temporada, la gestión no es fácil», asegura García-Alén, que durante toda la rueda de prensa aludió continuamente a la dificultad de sacar adelante al club. «Gracias a nuestro esfuerzo el club puede cumplir este año su 75 aniversario, hace nueve años estaba a punto de desaparecer y en este tiempo hemos vivido dos ascensos y estado tres temporadas en Asobal», destaca, no sin advertir que «no desapareceré de la esfera del Teucro hasta que alguien coja las riendas del club». Ese proceso puede alargarse meses o incluso años, tal y como ocurre con el Cangas, que lleva años como gestora, aunque funciona como una directiva al uso.

El Teucro se expone a ese futuro y no lo ve como un inconveniente. «Además de los objetivos que suponen los logros deportivos, están los del club», señaló Carlos García-Alén, que si algo repitió durante la más de media hora que explicó su dimisión, es la dificultad de gestionar un club para que sea viable para que pueda seguir cumpliendo años. Asegura que si el Teucro ha llegado hasta los 75 años, está en condiciones de seguir celebrando su aniversario cada año. Él no descarta seguir trabajando desde dentro, pero en la sombra, para que eso se pueda seguir cumpliendo.