¿Por qué Ansu Fati sí, y el resto no?

Redacción LA VOZ

DEPORTES

FRIEDEMANN VOGEL

Moha Bakkali, fondista marroquí afincado en España desde niño, denuncia el trato discriminatorio del Estado en favor del futbolista del F.C. Barcelona frente a casos como el suyo, con 16 años en espera por la concesión de la nacionalidad española

04 oct 2019 . Actualizado a las 13:31 h.

Entre las leyendas negras que arrastra el fútbol, cierto es, sin el menor menoscabo para el negocio, figura esa facilidad que cualquier administración pública, sea del estado que sea, concede a cualquier gestión encaminada al Show must go on. Cuatro espectaculares actuaciones en Liga le han valido a Ansu Fati, el joven jugador del F.C. Barcelona nacido en 2002 en Guinea-Bissau, para obtener la concesión exprés de la nacionalidad española por parte de nada menos que el Consejo de Ministros en funciones presidido por Pedro Sánchez. Una medida que permitirá a la selección hispana Sub-17 disponer del talentoso delantero hasta el pasado viernes africano para el Mundial que a finales del próximo mes arrancará en Brasil.El episodio ha hecho levantar la voz a Moha Bakkali.

El fondista marroquí que a finales del año pasado atraía los focos de los medios de comunicación en su frustrado intento de aunar los triunfos en las San Silvestres de Gijón y Oviedo con tan solo 75 minutos de descanso entre ambas (revalidó el título en la primera, pero acabó cuarto en la segunda). Bakkali, nacido en Tánger en 1995 y residente en España desde que tenía 6 años, alzó su voz a través de su cuenta en Twitter, en el que denunció: «Cuando hay interés, la burocracia cuenta menos. Y mientras tanto, una cantidad loquisima de gente esperando a que resuelvan sus expedientes. Un servidor lleva más de 16 años en España y el Ministerio de Justicia aún no sabe nada».

Corredor de la Universidad de Oviedo, entrenador de la escuela de atletismo del Club de Campo La Fresneda de Asturias, comunidad de la que es vecino en Pola de Siero, e integrador social en un centro de menores, Bakkali declaró en una entrevista a Radio Marca que nada tiene contra Ansu Fati, que su crítica va dirigida «contra el Ministerio (de Interior) y contra la burocracia de este país, que para algunos funciona muy rápido, y para otros no»-

El atleta, que recordó cómo su madre y sus hermanas llegaron siguiendo a su padre, en España con un contrato laboral desde 1997, pone en evidencia su incomprensible e injusta situación:  «En Campeonatos de España no puedo sacar ninguna medalla porque no soy español. Esto me duele mucho, porque llevo toda mi vida aquí, estoy totalmente adaptado a la cultura española, estoy muy cómodo, tengo mis amigos y hablo castellano». Y lo dice un profesional que, en su trabajo de integrador social con menores extranjeros, explica, «Enseñamos a los chavales la cultural española y cómo integrarles de la forma más rápida posible para que hablen el castellano».

La esperanza de Moha Bakkali, que el caso Ansu Fati agilice la concesión de la nacionalidad a los que, como él, llevan tanto tiempo esperando. Él, como en su película favorita, Campeones, seguirá mientras tanto peleando por sus sueños. Entre ellos, representar algún día a España en los Juegos Olímpicos.