El piloto de O Rosal venció en la última prueba del Mundial en La Nucía
23 sep 2019 . Actualizado a las 13:20 h.El piloto de trial Gabriel Marcelli (O Rosal, 2000) dio un paso más en su carrera, el último antes de estrenarse la próxima temporada en la categoría reina del trial, al proclamarse campeón del mundo de TR2, la división de plata de esta disciplina. Lo hizo cumpliendo los pronósticos, pero también batiendo a un rival veterano, con mucha más experiencia como el italiano Matteo Grattarola, que vio cómo el rosaleiro remontaba en las carreras anteriores hasta llegar a esta última a solo un punto de él para acabar adjudicándose con solvencia la victoria.
Ayer Marcelli solo necesitaba quedar por delante de Grattarola, independientemente de la posición en que lo hiciera, y estaba convencido de poder lograrlo. Llegaba como segundo en la general a una distancia mínima de su rival, que terminó teniendo que conformarse con una quinta plaza en La Nucía mientras Gabriel se subía a lo más alto del podio. «Si tuviera que apostar, lo haría por mí», decía en los días previos el rosaleiro, que con todo sabía que sería como lanzar una moneda al aire.
A Marcelli le salió cara, pero no siempre ha sido así a lo largo de su carrera a pesar de su juventud. Porque el que fue en su día niño prodigio del trial y campeón de España en todas las categorías por las que fue pasando también sabe lo que es encontrarse piedras en el camino. La más importante de ellas llegó cuando a los quince años sufrió un gravísimo accidente compitiendo en el que impactó su cara frente a las rocas, con fractura de cráneo o arrancamiento de piezas dentales entre otras muchas consecuencias.
Solo entonces el joven piloto, que llegó «de rebote» a este deporte tras pasar por motocrós y enduro, se planteó por primera vez bajarse de la moto de manera definitiva. Estuvo meses parado, sometiéndose a diferentes operaciones y a día de hoy aún tiene algunas intervenciones pendientes y secuelas visibles en su rostro. «Te miras en el espejo y lo recuerdas, piensas cómo hubieran sido las cosas sin el accidente».
Pero lo cierto es que Marcelli fue capaz de pasar página tras aquello y de volver a ganar nada más subirse a la moto. En este tiempo, como consecuencia de lo vivido y del paso de los años ha ganado en seguridad y confianza. Él mismo explica que su evolución ha sido grande y le ha permitido seguir evolucionando y acumulando podios.
Entre medias, otro momento clave fue el de dejar Galicia para trasladarse a Cataluña con vistas a seguir dando pasos hacia adelante en su carrera deportiva. No tenía ninguna duda de que era lo mejor que podía hacer para crecer en el mundo del trial, su gran prioridad, y dio el paso a los 17 años, acompañado por su madre pero dejando muchas cosas atrás. A día de hoy cuenta que la experiencia que le sirvió para «madurar como piloto y como persona».
A sus 19 años, competir la próxima temporada en la máxima categoría será un nuevo sueño cumplido. Pero con llegar no es suficiente, en su mente ya está hacer las cosas lo mejor posible e incluso llegar a pelear por un podio. Su historial invita a pensar que puede estar en condiciones de conseguirlo.