España rinde tributo a Quini

Ignacio Tylko COLPISA

DEPORTES

Alberto Morante | efe

Gijón y la selección se vuelcan con las familias de El Brujo y Luis Enrique, golpeadas por la tragedia, con las Islas Feroe como comparsa

07 sep 2019 . Actualizado a las 21:38 h.

«Quini es único. Hubo, hay y habrá otros goleadores magníficos, pero El Brujo solo hay uno en la historia y es imposible que se vuelva a repetir». Robert Moreno, seleccionador español, describió así la figura del inolvidable Enrique Castro tras la inauguración este sábado del «Espacio Quini» en el estadio El Molinón, coliseo siempre de Primera que este domingo, con motivo del trámite de España ante Islas Feroe, de clasificación para la Eurocopa 2020, rendirá tributo a este mítico exjugador del Sporting de Gijón, del Barcelona y de la selección española, y sobre todo, uno de los grandes caballeros del fútbol español. Nos dejó el 27 de febrero de 2018, a los 68 años, tras sufrir una crisis coronaria que le sobrevino mientras conducía su vehículo por las calles de Gijón. Pero es eterno.

«Tratamos de darle mucho cariño a la familia de Quini, que se lo merece. En los momentos que estuve con él, percibí siempre que todo el mundo le quería mucho y eso no se consigue fácil. Siempre hay a quien puedes caer mal y él no, todo el mundo tenía buenas palabras hacia él», enfatizó Moreno, relacionado con el entorno de Quini través de su exjefe y amigo Luis Enrique, a quien en el Día de Asturias también se le homenajeará en El Molinón, el estadio donde comenzó a brillar antes de pasar al estrellato. El recuerdo de su pequeña Xana, fallecida víctima de un cáncer, y la falta de Quini, llenan de tristeza a la selección, a Gijón y a toda España. Pero revivirles desde la nostalgia debe de ser una alegría. «¡Ahora, Quini, ahora!» Operado dos veces de cáncer, Quini fue perdiendo salud pero jamás su sonrisa, ni su carisma arrollador. Un ejemplo para todos, compañeros y rivales a los que siempre respetó con nobleza y caballerosidad. Nacido en Oviedo y criado en Avilés, lideró la época más brillante del Sporting. El conocido «¡Ahora, Quini, ahora!», volverá a sonar con fuerza en esta cita internacional que le servirá a Robert Moreno para cosechar una victoria más y seguir probando jugadores, sistemas y acciones de estrategia con la mirada puesta en esa Eurocopa en la que España jugará en la sede de Bilbao. Con Quini y la familia de Luis Enrique en la atmósfera -hace justo un año el técnico asturiano debutó al frente de España con una victoria de prestigio en Wembley-, poco importa en lo estrictamente deportivo un partido oficial, pero de trámite, ante un combinado representativo de un archipiélago autónomo que forma parte del Reino de Dinamarca y está compuesto por 18 islas volcánicas que albergan a miles de aves marinas que atraen a excursionistas y observadores. De fútbol, apenas noticias de las Islas Feroe, a la que España ya derrotó tres veces y hace 22 años en El Molinón.

Un goleador como Quini, que firmó cinco trofeos Pichichi de Primera y dos en Segunda, gesta a la que solo podrían aspirar antes de los Cristiano o Messi leyendas como Telmo Zarra, Alfredo Di Stéfano o Hugo Sánchez, es, precisamente, uno de los argumentos que persigue Moreno para mejorar la contundencia de la selección, que viene de cuajar un gran partido en Rumanía pero de ganar sufriendo por su tradicional falta de pegada. Se esperan muchos cambios en El Molinón respecto al jueves. De Gea, Carvajal, Mario Hermoso, Gayá, Rodrigo Hernández, Parejo, Oyarzabal, Thiago, Suso y Sarabia, además del debutante Unai Núñez, piden ser protagonismos.

«'Yo soy de Quini'» «Es una jornada especial. Queremos recordar todos a un genio, a un tipo gracioso», resaltó, por su parte, el presidente de la FEF, Luis Rubiales, durante la presentación en el Parador Nacional de Gijón de 'Yo soy de Quini', un libro que su autor Monchi Alvarez definió como «una antología sentimental» que reúne a 55 personas que conocieron a El Brujo. En sus páginas, futbolistas como Carlos Alonso Santillana, Eloy Olaya o José Ramón Alexanco, dejan historias inolvidables. Caminando unos metros del Parador al estadio El Molinón, el tributo se amplió el sábado con el estreno de ese museo al que se sumaron el seleccionador Robert Moreno, el presidente del Sporting, Javier Fernández, y la alcaldesa de la ciudad Ana González. Un total 350 metros cuadrados en honor a una leyenda del fútbol español donde se repasa toda su trayectoria, alterada por un secuestro que conmovió a todo un país. Eterno, único Quini siempre presente.

La huella de Luis Enrique Gijón

Curiosamente, el nombre de Luis Enrique ha marcado los enfrentamientos de la selección española ante Islas Feroe, con un balance de tres victorias de la Roja con 13 goles a favor y tres encontra. El técnico gijonés fue goleador en los dos partidos que jugó y en el último precedente se ausentó por la enfermedad de su hija Xana , cuyo fallecimiento estará también muy presente El Molinón.

El historial de enfrentamientos de las dos selecciones dejan goleadas de España pero también tantos de Islas Feroe, que no falló nunca a su cita con El gol. Los dos primeros duelos, valederos para la fase de clasificación al Mundial 98 de Francia. El primero fue un paseo español, el 4 de septiembre de 1996 en el estadio de Toftir (2-6), con Luis Enrique dejando su nombre como el primer artillero histórico ante tan modesto rival. Un día especial para Luis Enrique en el segundo duelo ante los nórdicos, el 11 de octubre de 1997, ya que marcaba dos tantos en su casa y con su gente en la grada de El Molinón. Celebraba así su inclusión entre los 50 finalistas al Balón de Oro. Transcurrieron 21 años, 7 meses y 24 días para el reencuentro de la dos selecciones, camino de la Eurocopa 2020 con la ausencia de Luis Enrique, que colaboró a distancia con Robert Moreno. Una nueva goleada (1-4), en el estadio Trosvollur sobre césped artificial de última generación, en el día que Sergio Ramos se convirtió en el futbolista con más victorias en la historia de la Roja (122). De nuevo, toca vencer, seguramente golear, aumentar el pleno a seis victorias y sellar, todavía no de forma matemática, el billete para la Eurocopa.