-Se anuncian 27 grados, el circuito de bici es duro con dos repechos del 12 %. Pinta una carrera dura, algo que aumenta sus opciones, ¿lo ve así?
-Va a ser duro. Esta haciendo calor. No hay viento estos días. Es un circuito duro. Sobre el papel es uno de los que se me da bien. Es de ese tipo de circuitos que si te va bien puedes hacer mucho daño a los rivales, pero como no lo tengas lo vas a sufrir también. Espero tenerlo bueno y sacarle provecho. Es una carrera que nos va a exigir mucho, a los que queden delante y a los que queden atrás.
-Necesita ganar y resultados ajenos. Ya se ha visto más veces así en la final de las Series Mundiales. Para el título, necesita romper la carrera con otros aliados. ¿Piensa en eso o solo en ganar sin más porque no hay estrategia para dejar a Luis octavo, sino que él falle?
-Pienso en mi rendimiento, en intentar hacer la carrera lo mejor posible. Eso ya de por sí va a ser complicado. No puedo influir demasiado en lo que hagan los rivales. Luego ya en la carrera te fijas donde va cada uno, si te conviene tirar o no. Pero yo tengo que intentar quedar lo más adelante posible yo. Bastante voy a tener con eso.
-La situación remite a Budapest 2010, cuando tampoco dependía de sí mismo y Frodeno se desfondó.
-También era complicada esa carrera. Frodeno al final se vino abajo y no me hizo faltar ganar la carrera para llevarme el título. Es difícil que eso ocurra. Vicent Luis ha sido muy consistente y muy sólido todo el año. Domina muy bien las carreras, sale muy bien del agua… Sería algo extraño pero no imposible.
-Sería este, si llegase, ¿el más improbable de sus Mundiales?
-Bueno, quizás por estadística sí. En el 2010 tenía que ganar y que Frodeno fuese sexto y aquí ganar y que Luis sea octavo. Por matemática sí sería el más improbable.
-¿Cuántas veces ha dado vueltas a la caída de Edmonton? ¿Quién le tiró al suelo? ¿Se ha disculpado? Esa caída podría costar un Mundial.
-No demasiadas. Este es un riesgo al que te expones cuando compites en esto. Alguien se enganchó de forma involuntaria y se fue al suelo, con la mala suerte que se cayó hacia donde estaba yo. Siempre hay problemas y tienes que lidiar con ellos, no hay más.
-Ha sido un año extraño, con seis ganadores en siete carreras, ¿le sorprende la explosión tan tardía de Vincent Luis?
-Fue campeón del mundo júnior ya hace muchos años y eso ya indicaba que prometía. Le faltaba esa consistencia que sí está teniendo ahora y no me sorprende demasiado porque es un buen triatleta. Ha habido mucha irregularidad este año porque también hay muchas carreras esprint y es muy difícil dominar tanto en estas carreras.
-¿Y los problemas de Mola a mitad de temporada?
-Los ha solventado. Yo creo que enganchó dos o tres carreras malas para el nivel que nos tiene acostumbrado. Estuvo preocupado por ello, pero mejoró. Tuvo problemas físicos que ya ha superado y en las ultimas carreras ya tuvo buen nivel. Mañana va a rendir bien mañana y nos va a poner las cosas complicadas.
-Seguir compitiendo en la élite de distancia olímpica con 36 años es insólito. Pero, ¿hay algo que antes hacía y ahora no pueda o siente alguna molesta o algo?
-Curiosamente este año no he tenido ninguna lesión. Siempre tienes alguna cosa y este año me he librado. Me he entrenado bastante y, bueno, he tenido la caída que fue un contratiempo. Me estoy encontrando bien físicamente. Es cierto que tardas un poco más en coger la forma. Intento cuidarme más que hace 10 años. Cuido más el sueño, la alimentación y el cuerpo en el fisio.
paulo alonso
Una tarde en los karts, tres días antes de la carrera, sirvió a Javier Gómez Noya para desconectar del pulso que se vio obligado a echar para poder disputar el Mundial de triatlón de Madeira en el 2004. Entonces, la federación española mantenía todavía una actitud extraña frente al chico de 21 años que llegaba para ganarlo todo, después de demostrar que su anomalía cardíaca no le impedía competir. Así que, aconsejado por su familia, decidió que no viajaría a Portugal hasta que le asegurasen una plaza en la carrera absoluta, y no en la sub-23, en la que le había inscrito la cúpula federativa y donde ya se había quedado sin rivales. Aquella tensa espera, después de tres semanas sin apenas entrenar por unas molestias, vició su puesta a punto para su primer Mundial, aunque terminó octavo.
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Javier Gómez Noya
Tokio
Triatlón