La carrera que surgió de un sueño

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Con 34 años, Alberto Blanco decidió dar un vuelco a una vida estable para desarrollar su pasión por el motor y ha sido premiado como mejor ingeniero del año en Fórmula E

02 ago 2019 . Actualizado a las 09:43 h.

«Si me dicen hace cinco años que iba a tener este reconocimiento diría que esto no es un sueño, es una broma». Alberto Blanco (A Coruña, 1982) ha sido galardonado como ingeniero de año en fórmula E, que reconoce la importancia de la excelencia que existe detrás de las carreras en el innovador mundo de las competiciones con vehículos eléctricos.

La historia de este coruñés merece un premio. Un galardón a la valentía. A la perseverancia por conseguir un sueño. Y a no tener miedo a los cambios.

Alberto Blanco era un apasionado de la fórmula 1. Hasta el año 2015 no estaba involucrado en las carreras más allá de verlas como un aficionado más. Pero no por la velocidad en sí, sino por la tecnología que había de por medio. Se decía a sí mismo cada día que quería formar parte de ese mundo mientras desarrollaba su vida profesional como mánager de servicios bancarios.

El primer paso para acercarse fue haciendo sus pinitos como periodista especializado en radio y prensa. Fue entonces cuando surgió la posibilidad de realizar un Máster en Tecnología de la fórmula 1. Tres meses de prácticas en Campos Racing y una excedencia en su trabajo con 34 años. El primer paso para el cambio de vida había comenzado. «La gente me decía que estaba mal de la cabeza y yo les respondía que el tren solo pasa una vez en la vida y no podía dejar escapar la oportunidad», señala.

Desde entonces han pasado cuatro años. Quizá los más intensos de su vida. Su talento le llevó de una beca de tres meses a fichar por QEV Tecnologies como parte de equipo Mahindra Racing donde actualmente desempeña su labor como ingeniero de estrategia en carrera. Allí ha desarrollado su propio software para ayudar a su equipo a distribuir la energía del vehículo en carrera de la manera más eficiente. «El coche tiene una cantidad de energía que con la tecnología actual nos obliga a distribuirla de manera estratégica porque todavía no estamos en situación de hacer carreras completamente a fondo», reconoce.

Más allá de halagos sobre su premio, Alberto Blanco no se cansa en recordar que esto es un trabajo en equipo: «Es imposible que una sola persona marque la diferencia. Mi tarea es el penúltimo peldaño». La toma de decisiones en carrera en apenas unos segundos es la que marca la diferencia en un campeonato que todavía no tiene representación en España. A diferencia de la fórmula 1, el objetivo del campeonato de fórmula E «es acercar las carreras a los aficionados y por eso la mayor parte de ellas se celebran en medio de la ciudad», afirma.

No abandonaría la fórmula E

Pascal Wehrlein y Jérôme d’Ambrosio son los dos pilotos que forman el equipo de Mahindra Racing de fórmula E y para los que Alberto Blanco trabaja de manera incesante. Reconoce el reto que supone para ellos conducir un coche de este, puesto que es más complicado que con un motor de combustión. «Aquí el piloto tiene la posibilidad de marcar más la diferencia. Tienen la capacidad de recuperar energía durante la carrera. El coche es igual pero a mayores tiene un mecanismo que hace que el coche decelere y a la vez genere energía», explica.

La adrenalina que gasta durante las carreras Alberto Blanco no viene en ningún manual de conducción pero es mucha. «Mi función es explicarle al piloto cuál es la forma óptima de utilizar la energía disponible teniendo en cuenta el circuito y adaptándonos también a lo que hacen el resto de corredores», relata.

El próximo mes de diciembre se le acaban las posibilidades de ampliación de su excedencia y tendrá que elegir un camino, que parece tener claro: «Esto lo vivo como una pasión». Admite que las lágrimas invaden sus ojos cuando el equipo logra ganar una carrera: «Aún no me he acostumbrado». Con el sueño cumplido, la siguiente meta es ganar un campeonato aunque «ya hemos conseguido cosas increíbles».