La ribeirense, que jugó en la Segunda División nacional, toma las riendas del Boimorto, lo que la convierte en la primera entrenadora en dirigir un conjunto de Preferente
23 jul 2019 . Actualizado a las 11:34 h.La llama del fútbol prendió cuando tenía 13 años. A los 17, Susú Cores (Ribeira, 1985) ya debutaba como entrenadora de categorías base: «Empecé a jugar tarde, en el Xuventú Aguiño. Era el único equipo femenino de la zona». Los entrenamientos, los viajes y los partidos en la Segunda División española fueron avivando la llama: «Estás viviendo el fútbol semana tras semana y te atrapa. Ahora también, pero lo veo desde el otro lado». Su nombre ya forma parte de la historia del deporte rey gallego. Será la primera entrenadora de un equipo de Preferente, el Boimorto.
«Es un reto personal, sé que habrá momentos difíciles. Me lo tomo como una experiencia y como aprendizaje. Espero devolver esta oportunidad con trabajo», afirma. Dudó, pero siempre le han apasionado las tareas difíciles: «Me lo pensé mucho, había estado el año anterior como preparadora física. Sabía que el vestuario estaba conmigo, pero antes no era yo la que tomaba las decisiones. Ahora sí, y eso cambia. Pensé, ¿lo haré bien? Siempre he asumido los retos y sé que este me va enriquecer mucho. Lo hago con respeto, pero también con muchas ganas».
Su gran trabajo de la campaña pasada fue lo que terminó de decantar la balanza en la directiva y los jugadores: «De ellos salió la propuesta. Están muy ilusionados con que los dirija. Contar con su confianza me llevó a decir que sí». La también entrenadora de la selección gallega femenina sub-15, y segunda de la sub-12, sabe que tendrá muchos ojos encima: «Estaré más expuesta por lo que significa».
En la libreta de Susú Cores, el balón tiene preferencia: «Me gusta tocar la pelota, pero soy consciente de nuestras limitaciones. Pretendemos que se juegue más, que adquieran comportamientos colectivos que no tenían el año pasado y eso pasa por más salida de balón por abajo. Es complicado, esta es una liga difícil, física, competitiva y donde prima el juego directo».
Sobre la gestión del bloque, se decanta por el diálogo: «No creo en un sistema autoritario, opino que tienes que convencer con argumentos futbolísticos». En el Boimorto tendrá que arreglarse con unas 20 fichas: «Este es un lugar especial, un club humilde y cuesta mucho fichar gente de fuera. Pero, eso sí, los que hay son súper competitivos».
Con el bloque cerrado, y con ganas de seguir creciendo, queda menos de un mes para su debut. Después de decenas de partidos en la base y en el fútbol femenino, Susú Cores afronta nuevo reto: «Siempre he sido atrevida. En esta ocasión no iba a ser menos».
