La generación de Bakú suma ocho medallas en el Nacional sub-23

X. R. C.

DEPORTES

víctor currás

Los oros de Adrián Ben y Saleta Fernández, esta con récord en altura, encabezan a una delegación gallega que confirma todo su potencial

30 jun 2019 . Actualizado a las 23:16 h.

La generación de Bakú sigue disparando las expectativas del atletismo gallego desde que en el 2013 debutasen en una competición internacional. Aquellos cadetes son ahora sub-23 y en el campeonato de España de la categoría celebrado durante el fin de semana en Tarragona cosecharon siete medallas, una con récord gallego incluido, el de Saleta Castro en altura con 1,87 metros como nueva plusmarca autonómica. Adrián Ben en el 1.500 se colgó el segundo oro, las platas fueron para Andrea González y Antía Chamosa y los bronces para Tariku Novales, Claudia Rojo y Paula Iglesias, que además formó parte del relevo 4x100 del Riazor que fue tercero.

Saleta Fernández está de vuelta. En una temporada complicada que le tuvo cerca de un año apartada de la competición y que no le dejó saltar hasta finales de mayo. Pero un mes y medio después del regreso todo fue rodado. En Tarragona saltó 1,87 metros al segundo intento y se coronó campeona de España sub-23 por tercera vez en su carrera, estableciendo un nuevo récord personal y por lo tanto gallego. Además, esa altura es mínima para el próximo campeonato de Europa de la categoría. Adrián Ben volvió a demostrar su proyección y se llevó el oro en los 1.500 metros en una carrera con cuatro atletas en un puño, pero el de Viveiro demostró ser el más fuerte en el arreón final.

La plata se la llevaron Andrea González y Antía Chamosa. Andrea es la nueva perla de la disciplina más prolífica del atletismo gallego, especialmente la femenina: la jabalina. La atleta compostelana, de la Gimnástica de Pontevedra y que apenas lleva tres años en el mundo del atletismo, lanzó 45,58 metros en el sexto y último intento. La marchadora Antía Chamosa vive de un modo permanente en el podio. La atleta ahora del Valladolid, fue segunda con un tiempo de 48,20 minutos a menos de un minuto de Marina Peña, que se llevó el triunfo en los 10.000 metros marcha en pista.

Tariku Novales, otro de los talentos del atletismo gallego, se hizo con el bronce en la siempre exigente prueba de los 5.000 metros. El vecino de Ames invirtió un tiempo de 14m 48s 77s en una prueba ganada por Abdessamad Oukhelfen y en donde Said Mechaal fue segundo. Claudia Rojo también se hizo con el bronce en los 400 vallas. La naronesa que estudia en Estados Unidos fue tercera con un tiempo de 1m 00s 68c, a centésimas de la plata.

La coruñesa Paula Iglesias fue la única que subió dos veces al podio. Primero se hizo con el tercer puesto a nivel individual en los 400 metros en una carrera en donde estuvo muy cerca de la plata (hizo un tiempo de 55s 17s) y a continuación formó parte del relevo 4x100 del Riazor que en compañía de Blanca Lorenzo, Ana María Pajarrón e Inés Oitavén también se hizo con la tercera plaza. Corrieron en 48 segundos.

«A verdade é que me atopei mellor que nunca. Xa o percibía», dice Saleta Fernández

La monfortina Saleta Fernández fue la gran protagonista del Nacional sub-23 disputado en Tarragona. Después de un año lleno de avatares y con una puesta a punto a la carrera, consiguió un oro y una marca de relieve que le deja a las puertas del 1,90, la primera gran selección en el mundo del salto de altura femenino. «Levaba dende xullo do ano pasado con lesións e pensei que non ía a conseguir o obxectivo porque en dous meses tiven que poñerme en forma, adestrar, competir e facer a mínima. Estaba complicado», reconoció la gallega en la jornada de ayer.

Su concurso fue de manual hasta que se encontró con los 190 centímetros. «Pasei todo limpo ata o 1,84 e logo a segunda superei o 1,87, logo no 1,90 no primeiro intento pasei por debaixo, no segundo metín a man e o terceiro foi no único no que o intentei realmente pero aínda queda, igual máis psicolóxico que físico». Pero más allá de la marca, Saleta Fernández se queda con las sensaciones: «A verdade é que me atopei mellor que nunca. Xa o percibía dende facía dúas semanas pero estaba mellor adestrando que competindo. Sabía que estaba moi ben pero non acababa de saír».

Ahora, en quince días estará en el Europeo sub-23 con la premisa de meterse en la final y quedar entre la siete primeras si es posible. Y de paso seguir subiendo alturas, centímetro a centímetros. ¿Y el 1,90? «Oxalá saia». Tiene todo el verano por delante.