«Te amo, chico grande»: La emotiva carta de Zach Monaghan tras la muerte de su amigo Michael Uchendu

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El jugador del Leyma Coruña recuerda sus primeros momentos con su compañero, al que se dirige con apelativos cariñosos y enternecedores.

30 jun 2019 . Actualizado a las 13:12 h.

Desde que al filo de la medianoche de ayer se conocía la dura noticia del fallecimiento de Michael Uchendu, los mensajes de condolencia a través de las redes sociales se han ido repitiendo.

Desde sus dos últimos clubes, el Obradoiro santiagués, y el Leyma coruñés, hasta los rivales, la federación, entidades del mundo del fútbol, como el Compostela o el Deportivo, excompañeros y rivales del joven baloncestista brasileño fallecido meses después de cumplir los 21 años. Pero si hay un adiós emotivo, este es el que le brindó Zach Monaghan al que en su carta se dirige como «querido chico grande»

Una de las mejores cosas del baloncesto son las relaciones que haces a lo largo de la vida. Llegas a conocer personas de diferentes niveles y entablas amistades que perduran en el tiempo. El gran Mike era un enorme oso de peluche, aunque siempre tenía la cara de «estoy enfadado con el mundo», cuando el balón rebotaba.

Cuando llegabas a estar cerca de él por un rato, veías que tenía tanta alegría por todo lo que hacía... Ese hombre podía ingerir bebidas energéticas monstruosas y, realmente, nunca olvidaré la primera vez que salimos a almorzar a principio de temporada. Él comió un shushi de aproximadamente unos ochenta dólares. Fue increíble. Hablamos sobre metas, sueños, cómo se estaba adaptando. Solo hablamos de la vida, de nuestras familias... Mirar hacia atrás es muy triste. Traté de motivarlo. A veces traté de meterme en su cabeza y empujarlo para que fuera mejor. A veces podía verlo súper molesto conmigo.Pero fue una relación única. Y me gustaría poder, simplemente, decirle lo que realmente siento por él. A veces, las cosas simplemente no tienen sentido.

Era un chico tan competitivo... Se podía ver que luchaba por adaptarse a una nueva Liga como cualquier otra persona. Pero él siempre estaba trabajando. Ver la mejora en su juego a medida que avanzaba la temporada era un placer. Era una bestia que murió y muy joven. Era demasiado joven. Perdimos a un niño que amaba su juego y, realmente, ahora, nosotros amamos a su familia, amigos y a su ciudad natal en Brasil.

Quiero rezar una oración por Mike y toda su familia y amigos durente este difícil momento. También me gustaría enviar un gran abrazo a la familia del Basquet Coruña en este instante. Es una gran familia, con todos involucrados y sé que a todos se nos ha encogido el corazón después de enterarnos del fallecimiento del gran Mike.

Mike, Mike, DEP bro. Trece sonrisas para nosotros. Te amo chico grande.