Estados Unidos solo puede con España de penalti

Javier Varela / Colpisa

DEPORTES

Juan Carlos Cárdenas | EFE

La selección de Jorge Vilda pone contra las cuerdas al mejor combinado femenino del mundo pero cae en octavos de final

25 jun 2019 . Actualizado a las 10:41 h.

España se despertó de su sueño mundialista de forma cruel y por culpa de dos penaltis. El reto se presentaba mayúsculo para la selección, que buscaba meterse en cuartos ante el equipo más laureado del mundo. La novata en estas lides puso contra las cuerdas a Estados Unidos, que sólo pudo ganar con dos goles desde los once metros -el segundo muy justito- y tras sufrir más de lo esperado.

España hizo las maletas de despedida del Mundial, pero antes se encargó de dar un buen sofocón a las estadounidenses, que desde este lunes ya tienen una selección más a las que respetar. Las de Jorge Vilda saltaron al campo sin nada que perder y con todo por ganar, pero con el primer objetivo de solventar el arreón inicial de una Estados Unidos acostumbrada a marcar en todos sus partidos -llevaba 48 consecutivos haciéndolo- y a mandar desde el primer minuto.

Lo que no entraba en el guión era regalarle un penalti a los cuatro minutos. Mapi León derribó de forma inocente a Tobin Heath, que se había aprovechado de un balón a la espalda de Leila Ouahabi. Megan Rapinoe no desaprovechó el regalo y adelantó a Estados Unidos. La gesta para España se complicaba. Y si Estados Unidos tardó seis minutos en abrir el marcador, España sólo necesitó 169 segundos para devolver las tablas al marcador. Una indecisión de Alyssa Naeher y Becky Sauerbrunn, presionada por Lucía García, acabó con el balón en Jennifer Hermoso, que tras un toque lo puso en la escuadra de la portería estadounidense ante la desesperación de la guardameta y el delirio del banquillo español.

España había marcado a Estados Unidos, algo que nadie había hecho desde que Japón lo consiguiera en la final del último Mundial de Canadá hace cuatro años. El partido comenzaba de nuevo con nueve minutos menos y España presionaba en el centro del campo y abortaba las rápidas transiciones de Estados Unidos. En una de esas transiciones Rose Lavelle puso un balón de oro a Megan Rapinoe, que se topó con Sandra Paños. El balón era del equipo de Jill Ellis, pero España tenía sus ocasiones más por los nervios de Alyssa Naeher que por juego. La portera estadounidense, afectada por el error en el gol, transmitía inseguridad ante la constante presión de Lucía García en cada balón largo. La 'pepito grillo' de España.

Vicky Losada, con un golpe en el ojo desde el minuto 15, no pudo seguir en el campo y Jorge Vilda apostó por un cambio ofensivo con Nahikari García y cambiando el 4-3-3 por un 4-2-3-1. El partido se había igualado y Estados Unidos tenía dificultades para abrir la defensa española y centraba sus argumentos ofensivos en pases a la espalda de las laterales, pero sin suerte. Ni mostraba la superioridad de los partidos de la fase de grupos, ni llegaba con tanto peligro. De hecho, Sandra Paños apenas tuvo que intervenir en la última media hora de la primera parte. España había competido de tú a tú a la tricampeona del mundo y generado dudas en una selección acostumbrada a pasar por encima de sus rivales. España aprendió la lección de los primeros minutos del partido y saltó tras el descanso con la intención de tener la posesión, la mejor manera de defender.

Los minutos pasaban y Estados Unidos, acostumbrada a dominar e imponer el ritmo de juego, se desesperaba ante una España que mordía, que luchaba cada balón y que no dejaba huecos a la espalda. Alex Morgan pedía falta en cada contacto y las defensas españolas subían el grado de intensidad y no hacían prisioneros.

La aparición del VAR

La selección de Jill Ellis, desconcertada, no terminaba de crear ocasiones y veía cómo España tocaba con cierta comodidad hasta la línea de tres cuartos cuando tenía el balón, aunque ahí se mostraba, como durante todo el Mundial, sin puntería. Una buena jugada de Lucía García permitió que Patri Guijarro rematara pegada al palo y metiera el miedo en el cuerpo a las estadounidenses. Sólo el físico, por el esfuerzo de los primeros 60 minutos, o un error, podía pasar factura a las de Jorge Vidal en la recta final del choque. Y, como en la primera parte, fue un error. Un penalti puso de nuevo por delante a Estados Unidos, aunque con suspense. Virginia Torrecilla intentó robar el balón a Rose Lavelle dentro del área, pero no tocó el esférico y sí la pierna de la estadounidense -que puso de su parte para caerse- de forma muy leve. La árbitra señaló la pena máxima, pero desde el VAR le pidieron que revisara la jugada. Minutos después, la húngara Katalin Kulcsar no revocó su decisión y Megan Rapinoe, como en la primera parte, no perdonó. Quedaban 15 minutos para buscar la machada y España decidió tocar a rebato pero con más corazón que juego. Muchas imprecisiones, un posible penalti a Virginia Torrecilla que la árbitra no entendió como tal y alguna llegada pusieron el punto final a la andadura de la selección española en un Mundial que significará un punto de inflexión para el fútbol femenino.