El ecuatoriano gana en la primera gran etapa de montaña en un excelente trabajo de equipo del Movistar
25 may 2019 . Actualizado a las 20:15 h.Richard Carapaz izó hoy en el Courmayeur dos banderas tras su victoria en una de las etapas más duras del Giro de Italia: La de Ecuador, su patria, a la que ha encaramado a la élite del ciclismo mundial, y la del Movistar, para demostrar que el equipo telefónico no viene de farol a la ronda italiana. Carapaz es ya el nuevo líder de la carrera y hoy partirá desde Ivrea vestido de rosa.
Han pasado muchas cosas en el equipo desde el decepcionante papel del conjunto español en la Vuelta a España del año pasado. Por entonces, y al igual que había ocurrido en el Tour, Movistar no supo gestionar el hecho de contar entre sus filas con dos corredores con boletos para obtener la victoria. El binomio Valverde-Quintana no funcionó y cerraron su participación con un quinto puesto del murciano que supo a poco. La sensación de fracaso se evidenció con el relevo en la dirección deportiva. Llegó para poner orden Maximilian Sciandri. El exciclista británico -nacionalizado italiano- le ha cambiado la cara al equipo en su primera gran cita y ahora tener dos jefes de filas ha pasado de ser debilidad a fortaleza.
Si en el Lago Serrù, Mikel Landa atacó y demostró que viene a dar espectáculo, en la decimocuarta etapa el Movistar sorprendió impulsando al ecuatoriano hacia la victoria y al liderato de la carrera. Carapaz recortó casi dos minutos a los principales favoritos a la victoria en la subida a San Carlo. En una rampa con una pendiente media de casi el 10%, el ciclista ecuatoriano pasó de la sexta plaza en la general a la primera sobrepasando a Nibali y a un Roglic al que parece que le va a faltar equipo cuando le sobra el talento, una fórmula perfecta para que prenda la frustración.
Landa veía junto al resto de favoritos como se escapaba su compañero. El alavés lo dejó ir. Hizo lo que tenía que hacer por el bien de la estrategia y del equipo, una palabra que ha dejado de ser simple significante para ser también significado en el Movistar.
La sorpresa que guardaba
«Tenemos un as en la manga y veremos cuándo lo sacamos», advirtió Carapaz horas antes, en la salida. Así, el escalador de El Carmelo, que ya se había impuesto en la cuarta etapa entre Orbetello y Frascati, fraguó una magnífica actuación en la segunda gran etapa de montaña con un preciso ataque en el Colle San Carlo, a casi treinta kilómetros de meta, desde donde se marchó en solitario para parar el crono en 4:02:23.
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