Para campos duros, Koepka

Manuel Piñero

DEPORTES

Peter Casey | REUTERS

El ganador del PGA tiene el juego, la pegada y la actitud para rendir en las condiciones más incómodas

21 may 2019 . Actualizado a las 09:00 h.

Estaba entre mis favoritos para ganar el Campeonato de la PGA y creo que no ha sorprendido a nadie el brillante papel de Brooks Koepka en Bethpage durante cuatro días. En mi opinión, seguirá siendo un jugador de majors, más dotado para los grand slams (tiene cuatro títulos) que para las citas rutinarias del circuito americano. ¿Por qué? Claro que puede ganar cualquier campeonato, pero su actitud marca más diferencias en los cuatro principales torneos del año, cuando otros se encogen o bajan su rendimiento.

LA ACTITUD

Disfrutar de la presión

Koepka tiene el juego, eso por descontado, como cualquier jugador de primerísimo nivel, pero sobre todo luce una actitud óptima para los majors. ¿A qué me refiero? Disfruta de la atmósfera de un torneo exigente, disfruta jugando bajo la máxima presión para sacar lo mejor de sí mismo. Esa seguridad, en la élite, o se tiene o no se tiene. Por eso lleva semejante rendimiento durante los tres últimos años en los majors, siempre en la pomada para ganar.

LA ESTRATEGIA

Valentía en el campo

Relacionada con la actitud viene la estrategia. Koepka juega con valentía, aplica su plan sin verse condicionado por el escenario o la clasificación. Puede hacer bogeys, como el domingo en Bethpage, pero esas circunstancias no varían su planteamiento. Cuando llegaron los fallos en el PGA, mantuvo su idea de pegar siempre que pudiese el driver en la salida. Da gusto verlo, cuando otros jugadores, en similares circunstancias, cogerían los hierros para amarrar algo más.

LOS ESCENARIOS

El US Open y el PGA no priman el talento

Antes de continuar con el análisis de Koepka, un inciso para explicar otra de sus fortalezas en los torneos con una preparación tan extrema. La forma de presentar el US Open y un PGA como este último en Bethpage no prima el talento. Optar por un rough tan marcado a apenas un metro de la calle me parece una penalización excesiva. En esas circunstancias, la única opción es tirar de potencia para avanzar unos 150 metros o lo que te permita tu físico. Es decir, situaciones en las que no se prima lo más mínimo el talento y la habilidad. Lo mismo sucede cuando se falla un green por apenas un par de metros y la bola queda en una hierba muy alta, donde todos los jugadores optan por el mismo tipo de golpe. Se anulan la creatividad, la técnica, la estrategia, todo... Y ese no es el golf auténtico. No soy el único que lo ve así.

LA PEGADA

Potencia para minimizar los daños

En esas condiciones, Koepka, como otros grandes pegadores a los que apuntamos como favoritos en la previa del PGA, como Dustin Johnson (y ambos se disputaron la victoria al final), tiene ventaja. ¿Por qué? Cuanto más largo pegues de salida, aunque termines en ese rough tan complicado, más opciones tendrás siempre de alcanzar el green. No es lo mismo tirar a green desde una posición delicada con un wedge que con un hierro medio. Además, Koepka juega bastante recto. Y ese, aunque sea cuestión de gustos, no es el golf que más me gusta, el que prima tanto la potencia. El diseño de los campos debería premiar que los jugadores tengan que pensar y demostrar técnica, habilidad, variedad de golpes...

el ganador Y TIGER

Otra manera de dominar

Creo que Koepka va a marcar una época, aunque falta ver hasta qué punto. Pero es cierto que lo hará gracias a su consistencia y regularidad; nada que ver, por supuesto, con la espectacularidad de Woods. Tiger sufrió una mala semana en Bethpage, y creo que el torneo deja también una pista sobre por dónde transcurrirán los próximos años de carrera del ganador de 15 majors. Creo que rendirá en los grand slams que le permitan jugar desde fuera de la calle. Como le pasaba a Seve Ballesteros, quien no pasó nunca del tercer puesto en el US Open y el PGA, los torneos que se preparan con más barreras a la creatividad, a la habilidad o a los golpes de recuperación por culpa de ese rough salvaje.