Messi y Luis Suarez acercan al Barcelona a la final

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JOHN SIBLEY | REUTERS

Un doblete en el segundo tiempo de Leo Messi y otro tanto del uruguayo Luis Suárez condenaron al Liverpool (3-0) en la ida de semifinales de la Liga de Campeones

01 may 2019 . Actualizado a las 23:27 h.

El FC Barcelona ha ganado al Liverpool FC en el Camp Nou (3-0) en la ida de las semifinales de la Liga de Campeones, un resultado que acerca y mucho al equipo blaugrana a la final del Wanda Metropolitano en Madrid salvo que los reds hagan un milagro en Anfield, pues en el templo del Camp Nou manda un Leo Messi que con doblete y golazo de falta directa salvó un partido extraño de los de Ernesto Valverde.

Estaba rara la noche, con un Barça encerrado atrás, sin peligro con un balón que prácticamente regalaba jugándolo en largo, pero cuando más apretaba el Liverpool, con 1-0 en el marcador, apareció Messi. Despertó de su letargo previo para brillar y marcar por partida doble y acercarse, a él y a sus compañeros, a la «copa tan linda y deseada» que persigue desde el arranque de esta Champions.

Abrió la lata Luis Suárez en un gran remate acrobático, a centro de Jordi Alba, cerca de la media hora de juego. Se defendió el Barça, con Ter Stegen clave en dos acciones, tampoco más. Apareció Messi para dar continuidad a la fiesta del pasado sábado celebrando la Liga. Primero, recogiendo con el pecho un tiro al palo de Suárez y marcando a placer. Después, yéndose al suelo en el jardín de su casa tras marcar de falta directa el 3-0 en una acción que hace fácil y que no lo es.

Justo después Mohamed Salah envió un balón al palo, sin oposición tras sacar Rakitic bajo la línea un disparo previo, para confirmar la mala noche red. Y suerte tuvieron de que Ousmane Dembélé, refresco desde el banquillo y asistido por Leo Messi, falló el 4-0 de manera incomprensible cuando solo tenía que chutar entre los tres palos. Y le dio que el balón ni llegó a ser peligroso.

El 1-0 era ya un buen resultado, y el 3-0 final acerca mucho al Barça a su objetivo, esa final en la que de momento tiene medio pie el Ajax de Amsterdam. No se debe fiar un Barça que ganó 4-1 a la Roma y quedó eliminado al perder 3-0 en el Coliseo hace un año, en cuartos. Pero si juegan así, con contundencia defensiva y precisión quirúrgica en ataque, con Messi al mando, es más que factible pensar en que Anfield, que será un gran reto, puede no ser suficiente para los de Jürgen Klopp.

El Barça sorprendió cuando intentó llegar lo más rápido posible al área rival. Sin buscar el asociacionismo, sin mover y mover el balón de lado a lado, sino vertical. Muchas veces la secuencia fue Ter Stegen, centro del campo y balón largo, eso si no era el portero quien la ponía arriba de primeras. Demasiadas prisas y descontrol que, no obstante, afectaron a un Liverpool que no se esperaba este Barça.

Sin Arthur y con Arturo Vidal, quizá Valverde ya buscaba esta versión de su equipo. En defensa el Barça estuvo firme aunque la medular cometió algún error de más en el pase y esas pérdidas propiciaron algunas de las ocasiones del Liverpool. Fue el Barça, no obstante, el que se aprovechó de las líneas adelantadas del rival para marcar. Centro preciso, y precioso, de Jordi Alba que Luis Suárez envió, en un remate complicado tirándose al césped, a la red.

No marcaba Luis Suárez desde el partido contra la AS Roma en el Camp Nou del pasado año, en la ida de los cuartos de final donde se apeó el Barça de la competición. Un año y casi un mes después marcó de nuevo el uruguayo, celebrando con entusiasmo y euforia el tanto pese a ser contra su exequipo. El partido, el escenario, y ese dato quizá llevaron al '9' a cerrar sus puños y festejarlo así.

Finalmente el delantero del Liverpool Roberto Firmino se quedó en el banquillo, al no estar listo para disputar 90 minutos en un partido de esta entidad. Hizo bien Jürgen Klopp, pues el duelo fue eléctrico y muy exigente a nivel físico. Y su «sustituto», un falso delantero como Georginio Wijnaldum, descolocó a la defensa blaugrana, a la que le costó parar a los puñales Salah y Mané por las bandas, al tener más espacios facilitados por los movimientos del holandés.

En un partido de ida y vuelta, en el que Barça y Liverpool se asemejaron a dos púgiles librando golpes, sin descanso, el equipo blaugrana no llegó a tener el control, pero dejó KO al rival. Se adelantó en el marcador, es cierto que no sufrió apenas en la primera parte, pero en la segunda reculó demasiado. Suárez se iba desfondando y Messi, como un Juvenil en los primeros minutos, desapareció reservándose para la sentencia final.

La suerte del Barça es que, además de a Messi, Suárez y compañía arriba, tiene atrás a dos seguros; Gerard Piqué y Marc-André Ter Stegen. El portero alemán le sacó dos buenos disparos a James Milner y también uno que era gol cantado a Mohamed Salah. Hubo dudas en el 'templo' blaugrana al ver a un Barça tan desdibujado y perdido, con un planteamiento que empezaba a dar síntomas de fracaso. Pero los cambios acertados de Valverde cambiaron la cara al Barça, y el signo del partido y de la semifinal.

Entró Nelson Semedo para ir al lateral derecho, buscando una mayor defensa sobre Mané pero también subir al ataque, y Sergi Roberto se situó en el centro del campo para buscar ese control, siendo Philippe Coutinho -que tuvo dos ocasiones en la primera parte- el damnificado. Cambió el partido, a favor de un Barça que cuanto menos pudo respirar, coger aire y replantearse el partido, tomando el camino correcto. Anfield dirá si el Barça aprendió algo en Roma.

Ficha técnica:

FC Barcelona: Ter Stegen; Sergi Roberto (Aleñá, min.90+4), Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Busquets, Arturo Vidal, Rakitic; Messi, Suárez (Dembélé, min.90+3) y Coutinho (Semedo, min.60).

Liverpool FC: Alisson; Gomez, Matip, Van Dijk, Robertson; Fabinho, Milner (Origi, min.84), Keïta (Henderson, min.24); Salah, Wijnaldum (Firmino, min.78) y Mané.

Goles: 1-0, min.26: Suárez, 2-0, min.75: Messi, 3-0, min.82: Messi.

Árbitro: Björn Kuipers (HOL). Amonestó a Lenglet (min.39), Suárez (min.81), Jordi Alba (min.86) en el FC Barcelona y a Fabinho (min.81) en el Liverpool.

Estadio: Camp Nou, 98.299 espectadores.