Enamorarse del escenario

Manuel Piñero

DEPORTES

MIKE SEGAR | REUTERS

16 abr 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

En un deporte tan mental como el golf, jugar en uno de tus campos favoritos cuenta mucho. Siempre digo que, para ganar torneos, partes con una amplia ventaja si estás enamorado del escenario. De entrada ya suma que veas el recorrido como algo familiar, o que lo sientas como un amigo por tus características de juego, tus preferencias o tu comodidad allí. Pero si encima mantienes una relación de tanta confianza con un campo, como le sucede a Tiger Woods con algunas de las sedes de los próximos grand slams, ya hablamos de un factor muy a tener en cuenta.

El talento de Tiger con los hierros y su facilidad para mover la bola a su gusto con efectos resultan claves en campos con viento, como le sucede en Pebble Beach o St. Andrews, o como le pasó durante los últimos hoyos de este pasado Masters. Torrey Pines es un recorrido muy técnico, donde cobran un enorme valor los segundos golpes, y eso prima las virtudes de Woods, a diferencia de otros jugadores, como Koepka y Dustin Johnson, que marcan más las diferencias gracias a la distancia que consiguen desde el tee en campos de diseños más abiertos.

Me aventuraría a decir que Tiger sumará un gran slam más a su cuenta a lo largo de este 2019. Es cierto que en el pasado vimos peligrar su lucha por el récord de 18 de Jack Nicklaus, pero ahora mismo sí tiene posibilidades de batirlo gracias a los retoques en su swing que le permitirán alargar algo más su carrera. Quizá hasta los 46, los años a los que Nicklaus cerró su cuenta. Pero seguro que ya solo ese intento de conseguirlo nos hará disfrutar a todos los aficionados al golf.