Raid de aventura: el deporte en el que se duerme mientras se corre

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Galicia es potencia mundial en esta disciplina extrema de equipos mixtos en la que son claves la orientación, los recursos de supervivencia y la resistencia física

20 abr 2019 . Actualizado a las 16:57 h.

La única certeza en este deporte es que el competidor debe ejercer la comunión con la naturaleza. De lo contrario, el fracaso está asegurado. No lo debieron interpretar mal los componentes del equipo gallego Endurance Aromón (Juan Sancosmed, Adrián Moreira, Mar Delgado y Xoel Chamorro), ya que terminaron en la tercera posición en el estreno de las World Series, el Raid Expedition India. Atrás quedaron 78 horas de competición continua, con 450 kilómetros de recorrido a una altitud máxima de 3.000 metros y con un desnivel positivo de 23.000 metros. Esto es el raid de aventura. Nada menos.

«A veces entrenas como un loco, sin saber para qué», resume Xoel Chamorro. «Hay que ir con el flow. No es como otros deportes, donde sabes todo de antemano. Aquí tienes que estar abierto a cualquier cambio, a adaptar tu plan mental, a ampliar las horas de competición y tomar decisiones importantes. Psicológicamente hay que ser fuerte», añade.

Pero también físicamente. No solo para inflar a pulmón la lancha en la que los cuatro componentes del equipo harán rafting en un momento dado, sino para soportar despierto el propio devenir de la competición, ya que no hay establecidas horas de descanso y este aspecto se deja a la autogestión. Dado que el equipo completo debe llegar a meta para computar el tiempo empleado, los participantes en raid de aventura suelen reducir al máximo las horas de sueño. «En cinco días duermes unas cinco horas. El primero, ya no duermes. De hecho, si te quedas dormido el primer día, ya no vales para este deporte», afirma tajante el capitán del Endurance Aromón, Juan Sancosmed. «Al tercer día, si necesitas dormir, se consensúa con el equipo, paras y pones el cronómetro. Como mucho, una hora. A veces, con treinta minutos es suficiente. Lo normal es ir durmiendo mientras corres, agarrado a la mochila de tu compañero que va delante. Vas pegando una cabezada», explica.

El sueño puede ser un factor de riesgo en un descenso en bicicleta, por ejemplo, pero Sancosmed afirma que «el raid de aventura no es peligroso». «Tiene que primar el sentido común. Y la organización también contribuye, por ejemplo, prohibiendo cruzar aguas bravas de noche. Así que aprovechamos el parón para dormir», analiza.

«Como nunca puedes entrenar sobre el terreno, no hay una receta para preparar estas carreras», concluye Adrián Moreira. «Aún estoy asimilando lo vivido en India. La gente no pierde la sonrisa, a pesar de todo. Te das cuenta de que en España estamos en una burbuja», añade.

Mar Delgado, que tuvo que superar una diarrea en plena competición («tienes que ir preparada para cualquier cosa», dice), hace hincapié en el carácter igualitario del raid de aventura. «Las fuerzas entre hombres y mujeres se equilibran el segundo día, desde que llevas cuarenta horas sin dormir. Es más, te diría que a partir de ese momento, nosotras vamos sonriendo y ellos, sufriendo», presume.

Las World Series, en A Mariña en mayo

La de India fue la primera de las nueve pruebas que componen el calendario, junto a las citas de Paraguay, Estados Unidos, A Mariña lucense (del 10 al 18 de mayo), Ecuador, Suecia, Escocia, isla Rodrigues en las islas Mauricio y Croacia, con la guinda del Campeonato del Mundo en Sri Lanka.

Galicia ha organizado varias pruebas, y antes de A Mariña lucense ya fueron escenario de las World Series Cuntis y la comarca de Ferrolterra. Sin embargo, nunca antes un equipo gallego se había subido a un podio, aunque el pontevedrés Fran Costoya ganó una prueba y el Campeonato del Mundo con el equipo catalán Buff.

El capitán del Endurance Aromón (cuyos componentes no volverán a correr juntos), Juan Sancosmed, resalta que ha sido el grupo más joven en subirse al podio en las World Series, salvando momentos complicados como el avance por una cresta congelada o el ascenso hacia un monasterio a 3.000 metros de altitud. Tiene clara la prueba ansiada por todos, el Campeonato del Mundo, pero asegura que la carrera fetiche es la Patagonian Expedition Race. «La más mítica. Una zona inhóspita. Te pasas días sin ver vida. No hay ni caminos. Ahí, y en Australia, nació todo», explica con emoción. Galicia se ha situado en ese mapa.