Davor Cutura: «A veces me paso poniendo pasión»

DEPORTES

Temperamental y ambicioso, el jugador del Teucro acaba de entrar en la historia de la Liga Asobal al llegar a los 1.600 goles

18 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Acaba de entrar en el Top 10 de los máximos goleadores de la historia de la Liga Asobal. Doce años interrumpidos en esta categoría le bastaron para que su nombre vaya unido a la palabra gol. A las puertas de la retirada y con 40 años, Davor Cutura (Serbia, 1979) sigue manejando los tiempos con temperamento. En la pista su cara es el reflejo del marcador, pero fuera de ella es un hombre pausado que se piensa cada paso que da. Su familia es la que le va marcando el camino, aunque ahora baraja demasiados destinos para cuando llegue el final del viaje deportivo.

-Marcar 1.600 goles bien vale un hueco en la historia del balonmano.

-Los años pasan volando y no te paras a pensar, una vez que deje de jugar, cuando vuelva la película para atrás podré ver lo que he conseguido. Esta cifra es algo muy significativo para mí y mi familia, sin ellos no me podría dedicar a esto profesionalmente.

-Y con una carrera tan larga, ¿todavía ilusiona seguir marcando?

-Sí, pero para mí nunca fue una prioridad, suena mal, pero mi objetivo no es salir a la pista y marcar. El trabajo, el sacrificio, la ambición y la pasión me llevaron a esta cifra de goles y a codearme con las leyendas del balonmano nacional. No es para desprestigiar la liga actual, pero la de hace diez años era completamente diferente, más competitiva.

-Además, está ante uno de los años más duros para el Teucro.

-Todos sabíamos que iba a ser un año duro, ya son muchos muy duros, coincidió también con una plaga de lesiones, cambios en la estructura del equipo, gente joven, demasiadas complicaciones.

-Su cara es el reflejo del alma, ¿cuántas veces se cabrea en una pista?

-Me mueve la ambición, soy mal perdedor, aunque en el deporte se pierde más veces de las que se gana. A veces me paso poniendo pasión.

-Este año está jugando ese papel de padre y profesor en la pista, ¿frustra ver los errores de los más jóvenes?

-No sé si la palabra es frustrar, pero sí que yo transmito mucho, se me ve la felicidad, la frustración o la tristeza. Son sentimientos en momentos de juego, pero no hacia personas. La experiencia te enseña a sobrepasar los momentos y buscar salidas rápidas.

-A pesar de los problemas económicos del club y de los malos resultados, ¿qué le ha dado el Teucro?

-Volver a jugar en esta ciudad y en este club es muy importante, le debo haberme dado la posibilidad de jugar en la mejor liga del mundo en mi primera etapa. Poder revivir otra vez eso antes de retirarme significa mucho.

-¿Hay fecha para esa retirada?

-Puede ser mi última temporada fácilmente. Soy un hombre de retos y, si no hay un proyecto que me interese, cambiaría. Volviendo aquí dejé lo económico en un segundo plano, hay muchos factores que me pueden inclinar para un lado u otro. Sigo disfrutando y rindiendo al máximo nivel, pero dependo de proyectos y retos. Para mí era un reto volver aquí para ayudar al club a crecer, pero no soy yo el único que decide. No cierro puertas a nada.

-Pasó de dedicarse solo al balonmano en Francia a compaginar negocios, familia y deporte.

-Es agotador, no puedo parar, pero es lo que hay. En esta vida tenemos que trabajar y sacrificarnos para recoger frutos algún día.

-¿Qué frutos se ve recogiendo dentro de diez años?

-Hago planes a medio plazo con mi familia, pero ahora pienso en dedicarme a corto plazo al turismo, que me daría tiempo libre para seguir compaginando con el balonmano. Mi intención es seguir vinculado porque es lo que mejor sé hacer y con la situación que atraviesa el deporte es una pena que la gente como yo, que se dedicó toda la vida a esto, deje de aportar su experiencia, tanto en la estructura del club como en lo deportivo. El balonmano ahora no me da ni mucho menos una estabilidad económica, tengo que tener un plan B y un plan C. No descarto volver a Francia y a lo mejor seguir como técnico, tengo propuestas para volver, pero dependiendo de como van surgiendo cosas.

-Le iba a preguntar si echa de menos Francia, pero está pensando en volver...

-Son proyectos más serios y estables económicamente y con más futuro que aquí en España, pero por otra parte, invertí en mis negocios en Pontevedra, me encantan estas tierras y me gustaría que mis hijos creciesen aquí cerca de su familia, de sus abuelos. Yo viví gran parte de mi vida separado de la mía y sé lo que es eso. Cuando pongo eso en la balanza no solo pesa el tema profesional, valoro la felicidad diaria de estar en un lugar a gusto.

En corto

Negocios, familia y deporte ocupan un día al que solo le pide más horas.

-En su presentación en Twitter lo primero que pone es «family first»...

-Soy un hombre muy familiar, siempre empiezo agradeciendo todo a mi familia. Sacrifiqué una estabilidad económica, un futuro mejor en Francia por ellos, le di prioridad pensando a lo que me voy a dedicar al terminar.

-¿Qué será eso que cubra las horas que ahora dedica al balonmano?

-En los últimos años me estoy dedicando al alquiler de apartamentos en Sanxenxo y Pontevedra. Todo lo que gané jugando al balonmano lo invertí en eso y lo dejé en esta zona, ese es el otro motivo de mi vuelta.

-¿Cuándo fue la última vez que estuvo en Serbia?

-Vuelvo todos los veranos, pero muy poco tiempo. Corto pronto las vacaciones por el campus de balonmano que hago con los niños y la pretemporada empieza pronto.

-A pesar de que casi no tiene tiempo libre, ¿a qué lo dedica?

-Desde que tengo hijos se lo dedico a ellos, es lo que más disfruto, pero en mi filosofía está hacer deporte y practico tenis, empecé con el golf, pero no tengo tiempo.

-Lo que necesita es un día con más horas.

-Sí, tenemos mucho tiempo perdido que recuperar porque estuvimos muchos meses separados.

-A pesar de todo, ¿se puede decir que Davor Cutura es feliz?

-Sí, lo que pasa es que estoy en un momento de terminar una larga época y decidir por el bien de mi familia.