El Barcelona más reconocible

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SERGIO PEREZ | REUTERS

Los de Valverde ganan el clásico con el balón, mucha pausa y toque hasta que aparece la ocasión de gol

03 mar 2019 . Actualizado a las 09:00 h.

Tras el Barcelona de la excelencia de Pep Guardiola, o el más directo de Luis Enrique, Ernesto Valverde ha transformado al Barça en un equipo solidario, de trabajo, que defiende con el balón, aunque también con generosidad en el esfuerzo. Sin embargo, el conjunto azulgrana recuperó ayer la esencia que lo llevó a los grandes éxitos de los últimos años. Toque, pausa, asociación de jugadores y cocinado de las jugadas, a fuego lento, hasta que aparece la ocasión de gol. La calidad de la gente de arriba es extraordinaria y siempre encuentran la forma de asociarse para superar a cualquier defensa.

El de ayer fue un Barcelona más reconocible que el de la Copa del Rey, que ganó con tres contraataques, aunque las circunstancias eran diferentes. El del torneo del k.?o. era un partido a vida o muerte, la posibilidad de jugar una nueva final. En el encuentro de ayer, los de Valverde estuvieron más tranquilos. Con una notable ventaja en la clasificación, tenían menos que perder, aunque delante estaba a un rival malherido al que podían rematar. Más que los tres puntos en la Liga, era una ocasión para hacer algo más que un roto al eterno rival. En apenas una semana, el Barcelona echó al Real Madrid de la Copa y lo dejó prácticamente sin opciones en la Liga. Un año más, todo indica que tan solo la Champions podrá salvar ya a Solari, a varios jugadores cuestionados, e incluso a Florentino de las duras críticas.

Dos novedades

En este partido, Ernesto Valverde introdujo dos novedades en el once inicial en referencia al encuentro de la Copa del Rey, ambos pensados para tener el control del encuentro. Arthur reforzó el medio campo y Sergi Roberto ocupó el puesto de Semedo en el lateral derecho. Menos potencial a la hora de defender a un futbolista como Vinicius, aunque más pólvora para correr la banda. Frente a un Madrid desesperado, al borde de besar la lona en Liga, que se preveía desmelenado, con Bale y Vinicius dispuestos a destrozar las bandas, el técnico de los barcelonistas optó por reforzar el medio campo, por presentar un equipo más reconocible, pensado para tener más posesión, toque y el juego de asociación que tantos éxitos les ha dado en los últimos años. Defenderse con el balón fue la opción elegida por Valverde. El técnico había aprendido la lección de la Copa. Fue el partido al revés.

El Barcelona marcó el ritmo

Desde el primer minuto de juego, el Barcelona jugó el partido que quiso. El Real Madrid apeló a Vinicius y a los balones el largo, que tanto Piqué como Lenglet restaron con gran facilidad.

Los de Valverde no sufrieron, ni siquiera a balón parado, acciones en las que su rival apenas tuvo mordiente. El golazo de Rakitic no hizo otra cosa que aportar más tranquilidad a los de Valverde. Pudo llegar alguno más, aunque se falló en el disparo o lo evitó el portero del Real Madrid.

El rival se mantuvo vivo hasta el final. Vio como Solari apelaba a todo lo que le quedaba en el banquillo, Valverde, Asensio y hasta Isco, aunque el rival actuaba ya de una forma desesperada, con más corazón que cabeza.

Nada decidido

El Barcelona es probable que se deshiciera ayer del Real Madrid en la pelea por la liga, aunque quedan puntos por delante. Sin embargo, no hay nada decidido, ya que el Atlético del Cholo Simeone sigue ahí. El Barcelona tan solo hizo los deberes y aprobó con nota en el Bernabéu.