¿Qué hará Solari con el inadaptado golfista?

iván antelo ENTRE LÍNEAS

DEPORTES

Javier Lizón | efe

27 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Gareth Bale está enfadado. Se siente minusvalorado desde que se situó a la sombra de Cristiano Ronaldo. Y con la salida de este, tampoco cuenta con el respaldo del Bernabéu. Piensa que el club no le valora lo suficiente; siente la frialdad de su afición hacia lo que él considera como sus grandes actuaciones, que las tuvo en finales importantes; padece el ostracismo al que parece haberle postergado su entrenador; y además observa cómo sus compañeros le tratan como un ser extraño. Courtois reveló recientemente en una entrevista que en el vestuario llaman a Bale el golfista (tiene un campo de golf en su mansión madrileña y practica este deporte con pasión a pesar de sus problemas crónicos en la espalda) mientras que Marcelo, el que se sienta a su lado, reconoció en otras declaraciones que solo intercambia un hola y un adiós con él. Todo un cóctel que explotó en Valencia, con el intolerable feo gesto hacia Lucas Vázquez. Un jugador, el galés, que nunca ha hecho por integrarse. Es de los que se ausentan siempre de todas las cenas de equipo.

Hoy es el clásico y ahora la papeleta es para Solari. En teoría, según su política de rotaciones, debería jugar de titular esta noche y descansar el fin de semana. Pero claro, de ponerlo se enfrentaría a una grave crisis de autoridad en el vestuario. ¿Poner a un jugador que despreció públicamente un gesto de cariño de un compañero, cuando otros como Isco han sido relegados a un segundo plano por acciones que pudieran ser de similares características? Solari se juega su crédito dentro del vestuario del Real Madrid. Casi nada.