Guiño del Orillamar a la inclusión

Juan Pablo Pérez Arce LA VOZ

DEPORTES

ANGEL MANSO

El club coruñés plasma un programa que cuenta con tres proyectos que apuntan a la integración social

20 feb 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Entre los años treinta y cuarenta hubo en A Coruña un bum de nacimientos de clubes de fútbol por todos los barrios de la ciudad. El Espanyol, el Victoria y el Imperator en Santa Lucía. El Orillamar en la calle del mismo nombre. El Santa Margarita en su barrio. El Maravillas en la zona de San Pedro de Mezonzo. Estos clubes se unieron a los que habían nacido en la primera década de siglo. Todo coruñés que se preciara tenía su club de referencia que compartía con el cariño por el Deportivo. Los años sesenta y setenta fueron de máxima rivalidad entre barrios y entidades, para dar paso en los ochenta a una reconversión de estos clubes en sociedades con una importante función social. Llegaron los noventa, el nuevo siglo y con ellos un pequeño bajón en la notoriedad de esas instituciones.

Ahora, el Orillamar recupera esa vieja labor comunitaria demostrando que los clubes de barrio pueden cumplir un rol fundamental en la vida de niños y de jóvenes. Pese a los limitados recursos con los que suelen contar, estas instituciones buscan transmitir valores deportivos y humanos.

La entidad de Atocha baja, mediante su escuela de padres y madres, desarrolla un programa de integración que cuenta con el apoyo y con el patrocinio de la Fundación Emalcsa que, dentro del programa «Deporte Solidario e Inclusivo», financia a entidades deportivas que manifiesten implicación social.

La escuela nació a principios del año pasado y tiene una doble intención: «Buscamos educar en valores a todos los miembros del club, sean jugadores, familias, entrenadores, directivos y aficionados. Además, queremos luchar contra la violencia en el fútbol y animar hacia actitudes positivas», señala Alfonso Queijo, presidente del club.

La temporada pasada, el club realizó una serie de actividades centradas en el fomento de la educación en valores, en la necesidad de disfrutar del deporte y en la importancia de los primeros auxilios, con charlas orientadas a las familias y a los jugadores. Esta campaña, la perspectiva será diferente. «Decidimos que las actividades tengan un enfoque más social», asegura el dirigente.

Dentro del programa Deporte Solidario e Inclusivo, el proyecto que se encuentra más avanzado es un acuerdo con la concejalía de Xustiza Social e Coidados. Mediante este convenio, los servicios sociales del Concello le remiten al Orillamar niños y niñas para facilitarle su incursión al deporte. «Ahora mismo, contamos con once niños cuyas familias no tienen suficientes recursos para afrontar el pago de las prácticas de fútbol y con otros que tienen problemas de integración», cuenta Queijo.

Senegal

La segunda actividad la realiza el club coruñés en colaboración con la Asociación de Emigrantes Senegaleses Residentes en A Coruña. El objetivo es trabajar para impulsar la integración de personas del colectivo en los distintos equipos del club. Además, el Orillamar realizará una donación a un conjunto senegalés. «La intención es viajar a Dakar para conocer al equipo y para generar una colaboración estable. Nuestra idea es que el club pase a llamarse Escuela de Fútbol de Orillamar», explica Queijo. Además, se plantea realizar una invitación formal para que una categoría juvenil de la escuadra africana juegue en A Coruña el próximo verano.

Finalmente, el club llegó a un acuerdo con la Asociación Pro Personas con Discapacidad Intelectual de Galicia (Aspronaga) para la posible creación de un equipo de fútbol inclusivo, del que formarían parte personas con discapacidad intelectual pertenecientes a la asociación e integrantes del club coruñés.

La relación entre el Orillamar y Aspronaga surgió gracias a la colaboración de Carlos Alonso, jugador y coordinador del área social del club que, además, trabaja en el voluntariado de la asociación. La Escuela le presentó el proyecto a Aspronaga y se generó un convenio de colaboración entre ambas instituciones, que trabajan bajo dos enfoques de manera simultánea: si bien la idea es formar un equipo inclusivo, también se buscará hacerlo competir frente a otros conjuntos de similares características, pese a que en esta modalidad sólo se realizan encuentros en Galicia una o dos veces al año.

Entre los objetivos está incluir una modalidad de fútbol inclusivo en el torneo del club y que los técnicos de Aspronaga colaboren con la entidad.